Lluís Vallcaneras (Palma, 1958) es químico, profesor del Luis Vives, socio de Greenpeace, militante y dirigente del PP, expresidente de la Federación de Montañismo, uno de los mayores expertos en la Serra de Tramuntana y representante medioambiental en el agonizante Consell Econòmic i Social, CES. La Ley del Turismo ha colmado su aguante, "porque el anteproyecto acojona".

–Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Por qué no participó usted en la cadena humana de es Trenc?"

–Porque la cadena está muy bien, pero sa Ràpita solo es la punta del iceberg. Hay que manifestarse cuando se debata la Ley del Turismo, porque el próximo hotel no estará cerca de es Trenc, sino dentro de es Trenc.

–Y se llama usted ecologista.

–Yo creo que sí, pero nadie niega ser ecologista, ni siquiera quienes redactan leyes como ésta. El territorio es nuestro bien más preciado, y hay que protegerlo. Se utiliza la crisis como chantaje para sacar una Ley del Turismo que es pan para hoy y hambre para mañana.

–Me parece muy bien que se suprima el CES, porque no sé lo que es.

–Es un órgano consultivo contemplado por el Estatut y que examina el fondo de las leyes . Las dietas por reunión no llegan a sesenta euros y no me han pagado, los funcionarios se recolocarán. Por tanto, no veo el ahorro que conlleva suspenderlo.

–¿A quién representaba usted en este organismo?

–A las entidades ecologistas. He sido miembro del CES durante seis años, designado por los consellers Jaume Font y Biel Company. Hay organizaciones que critican mi nombramiento por no haberlas consultado.

–Su nombramiento le ganó la ira del GOB, guardián de las esencias.

–Dicen que no les represento, van de ofendidos. Les envío toda la documentación y nunca me han contestado. Son colectivos endogámicos, con las mismas personas en idénticos sitios. Deberían dejar que corriera el aire y hacer cambios generacionales.

–¿Es usted el ecologista del PP?

–Mi paso por el mundo del PP daría para otra entrevista. Me encontré ahí metido, me llamó Jaume Matas siendo ministro para que me integrara en el comité ejecutivo del partido en Balears. Perdí supuestos amigos, quedaron los verdaderos. No creo que mi actuación sea de derechas. De joven sabía que era de izquierdas, ahora no lo tengo claro.

–O sea, que está en contra de la Ley General Franco de Turismo.

–Sí, porque es un atentado contra todo el territorio, y el que diga lo contrario es que no la ha leído. Algún lobby debe estar muy interesado, porque he hablado incluso con promotores que no están de acuerdo en que el turismo esté por encima del medio ambiente.

–La Ley del Turismo debería contar con un artículo único: "Haga usted lo que quiera".

–Sí. Los planes territoriales son papel mojado, un arquitecto de prestigio ve admitido cualquier proyecto. Calatrava puede construir apartamentos en el Torrent de Pareis.

–Usted formula sus críticas, suprimidas en el informe final apoyado por la patronal Caeb.

–Recogieron mis observaciones al anteproyecto de ley, había expectación por saber qué haría yo. Mis aportaciones, fundamentadas en que la ley se coloca por encima de los planes territoriales, fueron bastante difuminadas en el informe final.

–El expresidente Cristòfol Soler presume de íntegro, pero apoya la ley destructora en el CES.

–Por lo visto, sí. Me ha sorprendido, tenía otra idea de él. Todos evolucionamos.

–¿Se atreverán a urbanizar es Guix, junto a Lluc?

–¿Por qué no? Y una vez levantado el mamotreto, ¿por qué no seguir construyendo? Es Guix, ni de coña, otra cosa es habilitar un espacio mínimo en un solar escondido, para los hijos de quienes viven en Escorca.

–Reconozcamos que hay excursionistas más vandálicos que los constructores.

–No tanto. Los desastres de los constructores son de por vida, frente a la estupidez de poca monta de un excursionista maleducado. Hoy vas por Tramuntana y te adelanta gente corriendo que te hace sentir idiota, el pardal de la montaña. Cada vez hay mas accesos cerrados y, aunque hay grupos de reivindicación de caminos que se equivocan en las formas, son necesarios.

–¿Por dónde puedo pasear sin encontrarme un millón de alemanes?

–En Mallorca hay zonas muy salvajes. Por la costa de Sóller a Pollença, van cuatro ratas y no encontrarás alemanes, aunque ahora ya llegan por todo y están mejor informados que tú. Saben perfectamente adónde se dirigen.

–Rafael Bosch se licenció con usted, ¿tan mal les enseñaron?

–Es muy buena persona y amigo mío, me preocupan los berenjenales en que le meten. No sé si es inductor, o si se ve arrastrado por algo que no le gusta.

–¿Por qué no podríamos vivir en otro sitio?

–Me resultaría complicado, porque soy como un ferreret, pero crecen mis dudas sobre retirarme en Mallorca. A veces estoy hasta las narices.