La suma de la crisis económica y el endurecimiento de algunos países, como China, a la hora de autorizar la salida de sus niños ha tenido un efecto demoledor sobre las peticiones de adopción en Mallorca. Si en 2007 se registraron en el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) 148 solicitudes para conseguir menores del extranjero, y 89 para lograr la paternidad de niños residentes en España, en 2009 esas cifras habían caído ya hasta los 69 y 65 casos respectivamente. Pero tras varios ejercicios de evolución a la baja por fin comienza a detectarse un repunte. Al cierre del pasado año, la demanda de adopciones internacionales se había elevado ya hasta las 87, y la de nacionales hasta las 69.

A la hora de dirimir las cuotas de responsabilidad en el descenso en las peticiones de familias mallorquinas para adoptar un niño, el presidente de la asociación balear de adopciones (AIBA), Ramón Rotger, opina que un 40% recae en la crisis económica y en los problemas financieros por los que atraviesan muchos isleños, lo que dificulta el que puedan asumir los gastos que comporta un hijo, y un 60% en las crecientes dificultades que se registran en muchos países en desarrollo para autorizar las adopciones por parte de extranjeros, como es el caso de China.

También la responsable de adopciones del IMAS, Luisa Servera, señala la influencia que ambos factores han tenido, aunque sin fijar cuotas de responsabilidad. En cualquier caso, los datos no dejan margen de duda respecto al debilitamiento que se ha dado en el número de peticiones. De las 148 internacionales y 89 nacionales de 2007 se pasó a 84 y 85 respectivamente en 2008 (primer año en que el desempleo comenzó a golpear con dureza a la sociedad isleña), para cerrar 2009 con 69 internacionales y 65 nacionales, prácticamente la mitad que las que se daban dos años atrás. Sin embargo, 2010 se ha caracterizado por el repunte antes señalado.

Un aspecto que se destacan tanto Rotger como Servera es la mayor estabilidad de las adopciones nacionales (gratuitas, pero con largas listas de espera), frente a las internacionales. Porque un factor a tener en cuenta es que estas últimas sí suponen un desembolso económico por la participación de intermediarios.

Coste en el extranjero

Aunque desde el IMAS no se cuestiona el papel de estas organizaciones colaboradoras, Ramón Rotger no oculta que en algunos casos se han registrado abusos, y destaca que hay familias mallorquinas que han tenido que llegar a pagar 40.000 euros para cerrar una adopción. Sin embargo, Luisa Servera afirma que lo habitual es que ese gasto se sitúe entre los 24.000 y los 30.000 euros en el caso de uno de los países más caros, como Rusia, cifra que desciende hasta los 12.000 euros si el niño es de China.

Y nadie oculta que en plena crisis económica hay familias que tienen serios problemas para asumir semejantes desembolsos. Sin embargo, tanto el portavoz de AIBA como la representante del IMAS coinciden en que cuando una familia ha tomado la decisión firme de adoptar, muy pocas se echan atrás pese a las dificultades. Pero además, países como China o Rusia han endurecido las condiciones para aceptar que sus menores sean adoptados por extranjeros, en un intento de primar que esos niños sean acogidos por familias de su misma nacionalidad. A ello hay que sumar casos como el de Etiopía, según se destaca desde AIBA, que ha aumentado los controles tras descubrir que se había separado a pequeños de sus padres para venderlos en adopción.

PETICIONES DE ADOPCIÓN

De los 237 casos de 2007

a los 156 del pasado ejercicio

En 2007, cuando la crisis económica comenzaba a dar sus primeros coletazos, 237 familias de Mallorca solicitaron adoptar un niño, mayoritariamente en el extranjero. En 2009 esa cifra había caído hasta las 134 para repuntar en 2010 hasta las 156.

ADOPCIONES COMPLETADAS

La cifra de niños que encuentran padres se mantiene más estable

La cifra de niños que son adoptados en la isla se mantiene más estable, con unos 70 casos anuales. Hay que tener en cuenta que se trata de un proceso que puede llegar a tardar seis años en completarse.