El juez Francisco Pérez, que ayer decretó la libertad con fianza para los antiguos dirigentes de Unió Mallorquina, fue quien ordenó ayer la detención de Mateu Cañellas, exconseller de Deportes del Govern balear, tras ser implicado en la trama de la Operación Picnic por su antigua compañera de partido, Cristina Cerdó.

Cañellas, que ya está imputado en el caso Maquillaje, fue detenido en la mañana de ayer en su propio domicilio. Dos agentes comparecieron en la vivienda y le indicaron al antiguo político de UM que el juez había ordenado que quedaba detenido y que debía acompañarles al juzgado de guardia. El exatleta mallorquín llegó al juzgado alrededor del mediodía y fue introducido en el calabozo policial, donde aguardó hasta la tarde cuando fue llamado a declarar. El juez y los fiscales Anticorrupción, Pedro Horrach y Miguel Ángel Subirán, le interrogaron sobre su implicación en la contratación de militantes de UM para que trabajaran para el partido, pero cobrando un sueldo del Ayuntamiento de Palma.

Antes de esta detención, Cristina Cerdó, que sufrió la experiencia de dormir una noche en los calabozos de la Policía, se desmarcó de la trama y dijo que el cerebro de la contratación de militantes del partido para que ocuparan puestos en la administración local había sido Mateu Cañellas, que fue el máximo responsable de la campaña electoral de Miquel Nadal como candidato a alcalde de Palma. En esta campaña UM consiguió dos concejales, que al final fueron claves para la designación de la socialista Aina Calvo como alcaldesa de Palma.

A pesar de que los militantes contratados a través del IMFOF trabajaran en la concejalía de Medio Ambiente, dirigida por Cerdó, la exteniente de alcalde de Palma negó que estas contrataciones se hubieran realizado por la simpatía política de estos empleados. Dijo que la dinámica de contratación de las personas que habían colaborado en la campaña electoral para que ocuparan cargos a dedo en el Ayuntamiento de Palma no la había iniciado ella, sino que había sido Cañellas, con el que mantiene, según apuntaron fuentes próximas al caso, serias discrepancias políticas. Cerdó está considerada como una persona muy próxima a Miquel Nadal, mientras que a Cañellas se le sitúa en el grupo opositor al expresidente de UM.

La mayoría de los exaltos cargos de Unió Mallorquina en Cort que han sido detenidos en este caso de corrupción, o han sido llamados a declarar por la Policía, han apuntado directamente hacia el nombre de Cristina Cerdó. Varios de ellos, según señalaron fuentes próximas a la investigación, también nombraron a otros responsables políticos, como Mateu Cañellas o incluso el presidente de UM, Miquel Nadal, que también fue concejal de Palma.

Cerdó siguió ayer la misma estrategia de defensa que había mantenido el día que el juez del caso Maquillaje la llamó a declarar por la más que sospechosa contratación de simpatizantes de UM en la empresa municipal Emaya. La antigua teniente de alcalde negó que los agentes medioambientales que trabajaron en la concejalía que ella dirigía fueran contratados por su afiliación política, pese a que todos ellos, casualmente, son afiliados de UM y la mayoría trabajó en la pasada campaña electoral que permitió a su partido obtener resultados tan positivos. La exdirigente política, defendida por los abogados Ángel Aragón y Joan Pinya, negó que estos empleados contratados por el IMFOF no hubieran trabajado para el Ayuntamiento y lo hubieran hecho únicamente para el partido, dedicándose a la búsqueda de futuros militantes y votantes de UM. Sostuvo que el departamento que dirigía realizó varias campañas de concienciación a favor del medioambiente y de la política de reciclaje de basuras, y que estos trabajadores municipales habían colaborado en la organización de estos actos públicos. Cerdó pasó la mayor parte de la jornada de ayer en los calabozos del juzgado mientras declaraban sus compañeros.