De momento España no ha anunciado un recorte tan austero como Reino Unido pero de manera sigilosa ya está utilizando las tijeras entre el funcionariado. La reducción no llega en forma de despido porque el empleo público es para toda la vida y sería necesario cambiar la ley. Los recortes del Gobierno de Zapatero son más silenciosos pero siguen la línea de David Cameron: no cubren ni vacantes, ni bajas ni jubilaciones en el sector público. Son políticas neoliberales que aplauden los mercados y que pueden agravarse en España, según alertan los sindicatos.

"La función pública ha caído de forma alarmante", lamenta el secretario de Acción Sindical de UGT, Manuel Pelarda. Ha caído y puede caer más teniendo en cuenta que el Fondo Monetario Internacional y el propio Mercado está reclamando que España aplique un plan B porque el actual no obtiene los frutos esperados, explica el sindicalista. La ministra de Economía, Elena Salgado, ha señalado esta semana que "si llegara a ser necesaria alguna actuación adicional para cumplir con la reducción del déficit, la adoptaríamos sin vacilar, tal y como ya lo hicimos en 2010". De estas palabras, Pelarda deduce que a Salgado no le temblará la mano si debe endurecer los recortes. Hace esta afirmación en base a las siguientes justificaciones: los mercados aplauden las medidas de Cameron; Zapatero y Salgado hacen lo que dicen los mercados y los presupuestos de 2011 no mejorarán la situación, además la ministra rechaza la modificación integral del sistema fiscal, que permitiría mejorar la recaudación del Estado. Por ello, Pelarda asegura que no le extrañaría que aplicara un plan B que conllevara medidas más drásticas, tal y como ha hecho Reino Unido.

El secretario general de la Federación de Servicios Públicos de UGT, Aurelio Martínez, puntualiza que en España no despiden funcionarios pero no cubren ni vacantes, ni bajas ni jubilaciones. Detalla que sólo reponen el diez por ciento de las plazas vacantes, de esta manera, han logrado reducir alrededor de 70.000 empleos públicos. "No echan a nadie pero utilizan una forma más silenciosa para reducir el empleo público en España", resalta. "Ello sumado al recorte salarial del cinco por ciento conlleva más carga de trabajo y menos sueldo", añade Martínez quien recuerda que España tiene unos 2,2 millones de funcionarios y Alemania, que dobla esta cifra, sólo ha suprimido 10.000 empleos públicos.

En la misma línea, se pronuncian Baltasar Piñeiro de CC OO, Biel Caldentey del STEI-i y David Díaz de USO. Piñeiro admite que "aquí la reducción no es tan drástica pero la realidad es que ya se está haciendo porque no se cubren las vacantes". Y es que, según detalla, despedir a funcionarios sería muy difícil porque deberían cambiar la ley". Eso sí, matiza que "quien gobierna tiene la ley en sus manos".

El secretario general del STEI-i, Biel Caldentey, opina que la reducción de funcionariado llega a través de la tasa de reposición, que se rige por cubrir una sola plaza de cada diez jubilados. Eso sí, estas medidas no se aplican en Educación y Sanidad. El drástico recorte presentado por Reino Unido es sinónimo de "un triunfo total del neoliberalismo", achaca Caldentey. David Díaz, líder de USO en las islas, califica de "barbaridades" las medidas tomadas en Reino Unido.

Ya que "Zapatero sigue las políticas que dictan los organismos internacionales", argumenta el secretario de Acción Sindical de CGT, Pep Juárez, "no nos sorprendería que aplicara despedir funcionarios". "Zapatero está traicionando a sus propios votantes al aplicar medidas de la derecha", zanja Juárez.