La Sindicatura de Cuentas de Balears cuestiona que un contrato adjudicado por el Govern del PP en 2005 obligue a comprar a un mismo proveedor los vagones del tren eléctrico que cubrirá la línea Palma-Inca cuando se sustituya el actual ferrocarril de gasoil.

El problema radica en que los vagones en cuestión no son compatibles con los de otros proveedores, por lo que el Govern no tiene alternativa. Según los síndicos, las particularidades de dicha contratación podrían vulnerar la concurrencia de otras empresas a optar al suministro de nuevos trenes.

En 2005, y tras ganar un concurso abierto, el Govern adjudicó a la empresa Caf la adquisición de seis locomotoras eléctricas por un importe de 13,16 millones de euros, que se destinaron a la línea de metro de Palma a la Universidad de las Illes Balears (UIB). En 2008, ya con el actual Govern del Pacto, se adjudicó a dedo al mismo proveedor el suministro de 11 locomotoras y otros 11 vagones, todos ellos eléctricos, para cuando la línea Palma-Inca esté electrificada. Estos convoyes no serán entregados hasta principios de 2011, pues aún se están fabricando, y su coste asciende a 54,2 millones de euros.

En su informe sobre la gestión del Govern en 2008, la Sindicatura de Cuentas advierte de que el contrato inicial, de 2005, "ha condicionado la selección del contratista" y lo hará "en futuras adquisiciones", por lo que, concluye, "se podría limitar la aplicación del principio de concurrencia" que debe regir en las contrataciones de la Administración.

El director general de Movilidad del Govern, Antoni Verger (Bloc), explica que esa última compra se hizo por procedimiento negociado a Caf debido a "los informes técnicos que certificaron la dependencia técnica de las nuevas unidades móviles a las que ya se habían comprado en 2005. No había más remedio que hacerlo así". La incompatibilidad de otro tipo de vagón eléctrico al comprado por el Govern del PP obliga ahora a seguir adquiriendo trenes a la misma empresa, "y así lo avalaron los servicios jurídicos".

Verger explica en cambio que, con los vagones eléctricos del tren-tram (que se utilizarán para la línea Manacor-Artà tras su reapertura), "al ser una nueva explotación, se convocó un concurso público, al que también se presentó Caf, pero lo ganó otra empresa". Se trata de la firma Vossloh, que abastece de trenes a la Generalitat Valenciana.

En el año 2003, el Ejecutivo del PP también tuvo que adquirir nuevos trenes de gasoil al mismo proveedor que 1994, ya que también existía una dependencia técnica creada por él mismo.