La mayoría de ex consellers en el anterior Govern de Jaume Matas admiten haber visto con sumo interés vídeos de su declaración ante el juez, y aparte de mostrarse indignados tras escuchar los argumentos del ex presidente para su defensa, especialmente porque implicó a varios de ellos en las presuntas tramas de corrupción, concluyen sin rodeos: "Contó muchísimas mentiras". Es más, varios de ellos temen ahora ser víctimas colaterales y que la Fiscalía Anticorrupción les incluya en la causa abierta por el Palma Arena, o bien estallen nuevos escándalos relacionados con sus consellerias.

"Dijo muchas mentiras, se desmarcó de un montón de asuntos que él mismo ordenó que se hicieran y los siguió de cerca, y todos los que estábamos en el Govern lo vivimos, ¿cómo puede decir ahora que no sabe nada y echar la culpa a otros?", resume su enfado un ex conseller de Matas, que abunda en la tesis de que el ex presidente fue quien dirigió por completo el polémico proyecto del Palma Arena.

El visionado de los vídeos ha desatado el malestar de la mayor parte de los que fueron compañeros de gabinete de Matas entre 2003 y 2007. ¿El motivo? Que el ex presidente responsabilizara a varios de sus propios consellers y otros altos cargos de los delitos que el magistrado y los fiscales Anticorrupción le imputaban a él.

Comisiones de otras obras

La mayor preocupación en estos momentos de algunos de los ex consellers es que sean citados a declarar como imputados en la causa que afecta a Matas, e incluso que se abran nuevas investigaciones que les salpiquen de lleno.

"Jaume no resultó creíble, eso está claro; no pudo justificar el volumen de dinero que manejaba, y esto puede repercutir ahora en los demás", explica otro ex conseller del PP. En el partido crece el temor de que Anticorrupción ampliará ahora sus pesquisas para determinar si los fondos ilícitos de Matas procedían de comisiones por otros proyectos de magnitud que no fueran el velódromo palmesano.

En este sentido, existe el convencimiento interno de que estallarán nuevos casos, empezando por el Instituto Balear del Turismo (Ibatur), o la construcción del metro de Palma, y no serán los únicos. Los perjudicados directos serían el ex conseller de Turismo, Joan Flaquer, y la ex consellera de Obras públicas, Mabel Cabrer, quienes gestionaron gran parte de los presupuestos de la Comunidad Autónoma en la pasada legislatura.

A día de hoy son bastantes los ex consellers del PP que han dejado de confiar en la persona del ex jefe del Ejecutivo. En distintos contactos que han mantenido entre ellos, afirman tener dudas más que razonables sobre si Matas cobró dádivas de empresarios para incrementar su fortuna –que no se explican por sus propios medios–, aunque en cualquier caso, aseguran al periodista que lo desconocen. Añaden la coletilla "Jaume era muy opaco, hay cosas que sólo las llevaba y sabía él".

Durante las quince horas que duró la comparecencia de Matas ante el juez, entre el 24 y el 27 de marzo pasados, su desvío de responsabilidades repercutió sobre varios ex compañeros como el citado Flaquer, Rosa Estarás, Maria Rosa Puig, Lluís Ramis d´Ayreflor o Francesc Fiol, por hablar de consellers. De hecho, ante alguna de las afirmaciones del ex presidente, el magistrado instructor, José Castro, ya anunció que podría volver a citar a Flaquer, "pero esta vez como imputado", remachó.

En el PP ya hay quien ve una relación de causa-efecto entre el señalamiento que Matas hizo de Ramis d´Ayreflor ante los investigadores, y su repentina imputación al cabo de pocos días en la operación Bomsai. Fuentes del partido aseveran que el ex conseller ha sido el primer cabeza de turco que "paga el pato" de la táctica de Matas de "´enmarronar´ a los demás".

Otro alto cargo que salió mal parado en la declaración judicial fue Joan Martorell, ex director general de Comunicación del Govern, al que Matas apuntó como autor del expediente de contratación del periodista Antonio Alemany para que escribiera los discursos del ex presidente, y que según el juez estuvo plagado de irregularidades. Dos ex consellers coinciden en afirmar que "hay que tener mucho morro para cargar el muerto al pobre Joan", que sólo "cumplía órdenes directas" del propio Matas, aseguran ambos.

Mala defensa

Antes de su venida a Mallorca desde Estados Unidos, forzado por la Justicia, Matas todavía cosechaba bastantes apoyos entre su equipo de gobierno, que confiaban en que saldría bien parado de su declaración, pero estos se desvanecieron tras la misma. "Para decir esto, no hacía falta que viniera", sentenció muy enojada una ex consellera a sus compañeros tras oír cómo se defendió el ex presidente.