Las escuchas telefónicas que se intervinieron al ex president del Govern reflejan que Matas y su mujer intentaron influir en varios testigos que habían sido citados a declarar ante el juez. No es Matas quien llama a estos testigos, sino su mujer, y en concreto lo hace con varias de las personas que iban a declarar sobre el piso de Madrid.

Cuando el juez Castro se desplazó a Madrid, el abogado defensor Rafael Perera propuso la declaración de uno de los directivos de Vallermoso que gestionó la venta del piso de Madrid. El juez le preguntó a esta persona si había hablado poco antes con Matas, y el testigo le dijo que sí, que le había llamado para darle el pésame por la muerte de su hermano. Sin embargo, las grabaciones demuestran que esta relación entre este testigo y Matas fue mucho más lejos. El directivo viajó a Estados Unidos y asistió a una cena con el ex president y su esposa. En una de las conversaciones, Maite Areal llega a reconocer que han estado varias veces en la casa de este empresario invitados junto a otras personas.

A pesar de que teóricamente este testigo iba a declarar a su favor, el abogado defensor Rafael Perera se muestra enfadado con la declaración que realizó ante el juez Castro y así se lo comunica a Maite Areal.

Una de las conversaciones más destacables se produjo el pasado fin de semana, cuando Matas ya estaba en España. Se comunica por teléfono con su abogado y éste le indica que está preocupado porque el informe económico que han encargado, que teóricamente servirá para cuadrar sus ingresos con sus gastos, aún no está concluido a dos días de la declaración. En esta misma conversación el abogado le dice a Matas que no se olvide de llamar por teléfono al fiscal jefe de Balears, Bartomeu Barceló, y le pida que esté presente el martes siguiente en la declaración judicial. Matas, el pasado lunes por la mañana, cuando aún seguía en Madrid, se comunica de nuevo con su abogado y le cuenta que ha hablado con el fiscal jefe, aunque le reconoce que no ha conseguido su objetivo. El ex president le pide a Barceló que sea él quien transmita la información a Madrid sobre el desarrollo del caso que le afecta, porque entiende que los dos fiscales anticorrupción, Carrau y Horrach, no son parciales. Matas reconoce que es consciente de que al concluir su declaración se pedirán medidas cautelares en su contra, y que dicha decisión ya está tomada antes de que explique su versión.

Otra de las grabaciones más antiguas demuestra que Matas y su familia ya sabían que sus conversaciones estaban intervenidas, porque se lo comunicó su abogado.