"Exigimos que los corruptos devuelvan el dinero, y un cambio radical en la forma de hacer política; están desactivando los movimientos sociales y creando organizaciones fantasma". Son palabras de Tomàs Balaguer, uno de los principales organizadores de dos protestas ciudadanas que ha habido en Palma con pocos días de diferencia en contra de la corrupción, y en las que han participado miles de mallorquines.

El nuevo papel de este profesor y ´liberado´ del sindicato Stei-i ha chocado en UM-Palma, pues miembros destacados del partido han identificado al portavoz de la Plataforma contra la Corrupció i la Dignificació de la Democràcia como uno de sus colaboradores en la pasada campaña para las elecciones municipales de 2007. En concreto, a Balaguer se le recuerda como "el enlace" de Miquel Nadal con la barriada palmesana de Son Sardina, "su agente electoral, el que le llevaba la gente para los mítines y le presentaba a los vecinos para pedirles el voto", aseveran fuentes del entorno del ex concejal en Cort y ex conseller de Turismo, que tuvo que dimitir imputado por corrupción, y que ha evitado ir a la cárcel gracias al pago de una fianza.

En prueba de su vínculo con Nadal, en publicaciones de UM-Palma aparecen fotografías del hoy activista anticorrupción con el entonces conseller en actos del partido en Son Sardina, desde ruedas de prensa o comidas, en las que Tomàs Balaguer presentaba a los comensales a Nadal, que a su vez les repartía propaganda electoral. En uno de esos almuerzos Balaguer también hizo de anfitrión al actual concejal de UM en el Ayuntamiento de Palma, Llorenç Palmer.

"Fotos mías con políticos circulan muchas, hay una por ejemplo en la que salgo con Rodrigo de Santos; si la sacan de contexto, pueden decir que los dos estábamos en Casa Alfredo, cuando la realidad es que pertenece a la inauguración de la biblioteca de Son Sardina", afirma el interesado sobre el ex teniente de alcalde del PP condenado por malversar fondos públicos en prostíbulos y abusar sexualmente de menores.

Tomàs Balaguer se defiende de lo que llama un intento de intoxicación, y circunscribe su asistencia a los actos de Nadal en el barrio única y exclusivamente en su condición de presidente de la asociación de vecinos de Son Sardina. "Antes de las pasadas elecciones, como asociación presentamos una serie de propuestas a los partidos. La mayoría las incluyó en su programa, y luego los candidatos nos invitaron a los actos que hacían en el pueblo, por lo que decidimos ir dos o tres representantes a todos los mítines del PP, PSOE y Bloc, pese a que en alguno tuve que taparme la boca, que me pedía hablar", se justifica Balaguer, que niega haber repartido papeletas para UM.

Todo lo contrario, el activista contra los corruptos dice decantarse "un poco más a la izquierda: No tengo carné de ningún partido, pero no soy simpatizante de UM, y si algún día me decidiera a militar, no sería con ellos. Desde los quince años me he movido dentro de los ámbitos progresistas", se sincera el presidente de la asociación. Sí admite que Nadal le tentó para entrar en su equipo –"intentaron que fuera con ellos, cuando vieron que les pedíamos cosas para el pueblo, se pensaban que nos podrían comprar"–, pero para nada se lo planteó, asegura.

"Habíamos solicitado un polideportivo en compensación por tener que albergar la incineradora de Son Reus", explica Balaguer, según el cual Nadal se ofreció a mediar para conseguirlo. También admite que su entidad ha recibido subvenciones, "pero es que si no no podría sobrevivir", zanja.

Balaguer esgrime en su defensa que fue uno de los que lideraron el movimiento vecinal en contra del trazado del segundo cinturón que preveía el Govern del PP, y dice ser consciente de que "hay gente que corre detrás" suyo desde que ha pasado a un primer plano en la movilización ciudadana contra los políticos corruptos. "A algunos no les gusta lo que digo en la plataforma", señala, pero añade que no tiene nada que esconder e insiste que como presidente de una asociación de vecinos, debe mantener una equidistancia y ser respetuoso con los cargos públicos que se interesan por Son Sardina.