El ex jefe de servicios y mantenimiento de Turismo Joven en la época del Govern Matas parece que es un hombre de gustos caros, sobre todo si no los paga él.

A Juan Francisco Gosálbez le gusta ir de viaje, y no se hospeda en pensiones baratas. Busca los mejores hoteles. Tiene predilección por los establecimientos de cinco estrellas. No le importa que la habitación cueste 600 euros la noche. Paga la factura sin rechistar. Al fin y al cabo el dinero no sale de su bolsillo, si no de las arcas públicas.

La Fiscalía Anticorrupción presentará ante el juez una serie de facturas sobre viajes más que dudosos que habría realizado el hombre que, según han contado los empleados, llevaba el día a día de la oficina de consorcio. Aparecen facturas de viajes a Londres, Madrid y Murcia. No solía viajar solo, lo hacía casi siempre acompañado por su esposa. Y teóricamente viajaba por trabajo, pero se ha comprobado que en las ciudades donde iba no se celebró ningún evento ni reunión que tuviera relación alguna con su departamento.

Viajes de placer maquillados

Lo que sospecha la Fiscalía es que se trataba de viajes de placer que después maquillaba como si fueran de trabajo. Aunque teóricamente estos gastos los debía frenar el departamento de contabilidad del consorcio, lo cierto es que no se hizo. Se pagaron todas las facturas. Por eso la Policía detuvo ayer al contable, Jaume Cerdà. Fue el único de los cinco implicados que fue detenido en su puesto de trabajo. Los investigadores averiguaron ayer que seguía trabajando para el consorcio, y acudieron a arrestarle. Sin embargo, no le hallaron allí, pues se encontraba merendando en un bar cercano, adonde se dirigieron. Tras haber declarado, finalmente quedó en libertad al mostrarse dispuesto a colaborar.

Las cinco detenciones se practicaron a primera hora de la mañana de ayer, y fueron coordinadas por los fiscales Pedro Horrach y Miguel Ángel Subirán, que estuvieron presentes en los interrogatorios. Sin embargo, la Policía decidió esperar hasta el día de hoy para interrogar al grueso de la cúpula del consorcio de la época anterior del PP.

La cifra de implicados no se limita a estas cinco personas. La línea de investigación sobre este nuevo escándalo político apunta hacia cargos de mayor peso en la conselleria de Presidencia que dirigía Rosa Puig.