La eliminatoria de cuartos de final de Copa Davis entre España y Alemania será, probablemente, la última oportunidad de ver en acción en Mallorca a Rafel Nadal en una competición de primer nivel, si finalmente este duelo se disputa en la isla. Solo por este motivo vale la pena un esfuerzo por parte de las instituciones y del sector privado para que Mallorca sea el centro de atención el fin de semana del 6 al 8 de abril.
Lamentablemente, se pueden contar con los dedos de una mano las veces que Nadal ha jugado en Mallorca. Exceptuando la Batalla de las Superficies en el Palma Arena, una exhibición con Federer con una parte de la pista de tierra y la otra de hierba, el manacorí disputó la eliminatoria contra Holanda en el Coliseo Balear en 2004. Ya ha llovido. La presencia del número uno no es segura, ni lo será probablemente hasta que cierre su participación en el torneo de Miami, a finales de marzo. Pero sería difícilmente comprensible, salvo lesión, que no estuviera si los cuartos se disputan en Mallorca. En cualquier caso, hay que intentarlo.
La eliminatoria contra la Alemania de Alexander Zverev es lo suficientemente atractiva para pelear por acogerla. El riesgo económico existe, pero el precedente de Marbella, que el albergar la eliminatoria contra Gran Bretaña, sin Nadal, le ha supuesto un impacto económico de diez millones de euros, invita al optimismo. Nadal merece jugar en su tierra.
