De forma muy diferente afronta Rafel Nadal su decimotercera participación en el Abierto de Australia, primer grande de la temporada, con respecto al año pasado.

A principios de 2017 encaraba el torneo con la incógnita de saber cómo sería su rendimiento después de un final de 2016 inactivo por su rosario de lesiones, principalmente en la muñeca. Ahora llega parado desde el pasado 14 de noviembre, cuando cayó en su debut en la Copa de Maestros y se vio obligado a retirarse por una tendinitis en la rodilla derecha de la que parece totalmente recuperado.

Lo único que se sabe es que, por primera vez, se presenta en el Abierto de Australia sin haber disputado ni un torneo previo. Ni el de exhibición de Abu Dabi, ni Doha, ni Brisbane. Solo pachangas, el torneo de exhibicion de Kooyong y poco más.

No parece que vaya a tener el de Manacor muchos problemas en su debut, esta mañana, no antes de las 9 horas (Eurosport), ante el dominicano Víctor Estrella Burgos, de 37 años, al que nunca se ha enfrentado. Será una buena oportunidad para que Nadal compruebe su estado de forma y confirme sus palabras en su rueda de prensa de presentación, en la que dijo sentirse "preparado" pese a su evidente falta de competición.

Nadal tiene un camino a priori asequible hasta unos octavos ante el norteamericano John Isner y unos cuartos contra el asturiano Pablo Carreño, pero principalmente ha esquivado en su lado del cuadro a Djokovic y Wawrinka, dos de sus verdugos en sus cuatro finales perdidas en Melbourne Park. Tanto el serbio como el suizo aparecen en el camino de espinas que tiene Federer para defender su título, además de Milos Raonic, Juan Martín del Potro, David Goffin o Alexander Zverev.

Nadal busca su quinta final en Australia -solo campeón en 2009- con el reto de superar, si llega el caso, a Roger Federer en lo que sería el partido decisivo.

El suizo, que se ha proclamado campeón de la Copa Hopman en estos primeros días de 2018, parte como el principal favorito a alzar por sexta vez el título, no solo por su condición de vigente campeón, sino porque fue el tenista que acabó el año más en forma. A sus 36 primaveras, está viviendo el helvético una segunda juventud que le ha permitido, entre otras cosas, mostrarse imbatible ante su eterno rival. Suma ante Nadal cinco victorias consecutivas, cuatro en 2017, entre ellas la final de Australia. Ha sabido reinventarse en su juego y, ayudado por el mayor tamaño de su raqueta, ha encontrado la forma de hacer daño a un Nadal que, por los números, le tenía tomada la medida.

Novak Djokovic reaparece tras su retirada en Wimbledon, seis meses después. La lesión en el codo le hizo incluso renunciar a Abu Dhabi y Doha, en una recuperación in extremis para entrar en la lucha por un séptimo título en Melbourne. El de Belgrado no tiene además buen recuerdo de su tenis antes de la lesión. El cambio forzoso de tercio deja fuera a Andy Murray, quien pasó finalmente por el quirófano por su cadera, y devuelve a escena al mencionado Wawrinka, lesionado desde agosto, o Raonic.

La denominada 'Next Gen' pide sitio con Zverev al frente. El alemán tiene una tercera ronda como mejor resultado en Australia, pero tras brillar en 2017 se espera que este año dé un salto cualitativo. El Maestro Dimitrov parece dispuesto a dar el golpe en los 'grandes'. Nick Kyrgios, Denis Shapovalov, Dominic Thiem o Carreño y Bautista quieren aprovechar para meterse entre los mejores.