Jorge Lorenzo cerró con optimismo los entrenamientos oficiales en Phillip Island. El piloto mallorquín se marcha de Australia con "buenas sensaciones" y, lo más importante, con el convencimiento de que empieza "a entender la Ducati".

Tras marcar el octavo mejor tiempo de la tercera y última jornada de tests oficiales en Phillip Island, Jorge Lorenzo explicó, en declaraciones facilitadas por su equipo, que se había avanzado en la evolución de su moto. "Hemos dado un paso grande para entender la moto, igual que hicimos el tercer día de test en Sepang, y los tiempos han sido mucho mejores", indicó el mallorquín ,satisfecho pese a quedar todavía lejos de los mejores pilotos: Maverick Viñales (su sustituto en Yamaha) volvió a ser el más rápido, seguido de Marc Márquez (Honda), aunque esta vez el palmesano situó a su Ducati a menos de un segundo de ambos y justo por detrás de su compañero, el italiano Andrea Dovizioso.

Viñales, que ya acabó primero en los entrenamientos de hace quince días en Sepang (Malasia), firmó un tiempo de 1:28.549 en su vuelta más rápida. Muy de cerca le siguió Márquez, actual campeón del mundo, con 1:28.843. Su compañero de equipo Dani Pedrosa fue tercero, a 0.484 de la cabeza. Entre los diez primeros sorprendió el español Álex Rins (Suzuki), sexto a 0.554, justo por delante de Dovizioso (1:29.248) y Jorge Lorenzo (1:29.342). El italiano Valentino Rossi (Yamaha) fue undécimo (1:29.470) y Álvaro Bautista (Ducati), que estuvo por delante el jueves, se colocó en el puesto 19 a más de segundo y medio de Viñales.

Pese a sus buenas sensaciones, Lorenzo lamentó "no haber podido probar el neumático blando en la sesión matinal". "Había mejores condiciones en la pista y creo que hubiéramos bajado otras tres décimas mi tiempo. Como vengo diciendo, lo importante no son los tiempos sino las sensaciones y entender cómo se pilota la moto", destacó.

Según el palmesano, "ser competitivos en Sepang era más fácil, en cambio aquí -por Phillip Island- ha sido más difícil para las Ducati ir rápido. Por el viento, por el tipo de curvas, porque no hay muchas zonas para ir a fondo... pero al final hemos logrado ir rápido", explicó en su resumen de las tres jornadas de entrenos.

Con todo, el piloto mallorquín se marcha de Australia con sensaciones "positivas". "Todavía nos queda mucho trabajo por hacer, sobre todo en las curvas para que la moto gire más", matizó Jorge Lorenzo, que insistió en sus dificultades para acostumbrarse a su nueva máquina: "Hay que pensar que debo adaptarme a la Ducati, una moto que se pilota de forma opuesta a la que he pilotado durante muchos años, y todo eso lleva un tiempo. Nos cuesta mucho en algunas curvas cuando vas muy inclinado, ya que la moto gira poco. Pero cuando tenemos agarre no estamos tan mal".