La Penya Arrabal decidió anoche expulsar al jugador infantil cuyo padre presuntamente agredió el pasado domingo al entrenador rival al finalizar el partido entre el Estudiantes y el cuadro bermellón, disputado en el centro escolar del Cide en Son Rapinya. La junta directiva del club bermellón, reunida de urgencia, acordó esta drástica medida.

"Lamentamos tener que actuar así y que lo pague el jugador, pero este tipo de comportamientos van totalmente en contra de nuestra política deportiva. Ha habido unanimidad total en la decisión", señaló anoche el directivo del Penya Arrabal, Jordi Horrach, que añadió: "Condenamos estos comportamientos y lamentamos profundamente lo ocurrido y la imagen negativa dada a los jugadores".

Por su parte, el Cide negó ayer que el entrenador del equipo infantil zarandeara al hijo del agresor antes de producirse los lamentables incidentes. "Estaba allí ya que actué de delegado en este partido y puedo asegurar de manera categórica que nuestro técnico no tocó ni zarandeó al niño. Si hubiera sido así yo mismo le hubiera recriminado tal acción", manifestó ayer el presidente del Cide y padre del preparador agredido, Esteban García.

Por su parte, una madre del Cide infantil se mostró ayer totalmente indignada por los hechos ocurridos "¿Qué valores enseñamos a nuestros hijos? Esa pregunta me la hago hoy -ayer para el lector- después de haber presenciado el partido Cide-Penya Arrabal infantil.

Un jugador del Penya al finalizar el partido ha ido a buscar dos jugadores del Cide para pegarles e insultarles, a lo que el entrenador le ha dicho 'esto no, esto sí que no', palabras textuales.

Y en ese momento el padre del jugador rojillo saltó al campo y le pegó un puñetazo a nuestro entrenador", relata en un comunicado, y añade: "Para llegar hasta el entrenador ha tenido que empujar a un niño del Cide que estaba delante, provocándole un golpe en la espalda y magulladuras en el brazo.

Hay parte médico tanto del jugador como del entrenador. El entrenador del Cide en ningún momento ni tocó ni zarandeó al menor del Penya Arrabal. Lo vi yo y más personas", dice Maria García.

Esta madre finaliza diciendo: "Un entrenador es un formador en el campo de fútbol. Si le tiene que decir a un niño que esas cosas o gestos no se hacen, se lo tiene que poder decir. ¿Qué pasa, que los padres hemos de ir e hincharnos a ostias y puñetazos con el técnico por que le diga a nuestro hijo que eso no está bien? Qué triste que un deporte de equipo que intenta que haya un compañerismo y una tolerancia hayan tenido que presenciar esa pelea. No vamos bien, por esa línea no vamos bien".