El Atlético Baleares es en estos momentos pura involución. De ser a principio de temporada uno de los claros candidatos a meterse entre los cuatro mejores del Grupo III y ganarse el derecho a disputar el ascenso a Segunda División, es ahora todo un fiasco que se refleja en una clasificación preocupante: décimo, a nueve puntos de la cuarta plaza -que ocupa el Alcoyano con 41- y a solo seis del Levante B y Hospitalet, equipos que ocupan las plazas de 'play out' de permanencia y descenso directo, respectivamente.
Así de cruda es la realidad. Una circunstancia que, ni de lejos, atisbaban Ingo Volckmann -propietario del club- y su directiva cuando decidieron destituir a Gustavo Siviero el pasado 25 de noviembre, con el equipo a un punto de la zona de play off de ascenso.
Apenas dos meses después, la estadística deja retratado a todo el mundo: con Cristian Ziege, sustituto de Siviero en el banquillo blanquiazul, el equipo solo ha sumado tres triunfos -siempre como local-, aunque el partido ante el Huracán tiene 'truco' ya que no se llegó a disputar por ser expulsado el cuadro valenciano de la competición.
Todo lo demás, derrotas: cuatro, una en casa (0-2 ante el Valencia Mestalla) y tres como visitante. Y lo que es peor, con una pobreza realizadora que para nada conjuga con el mensaje que desde la dirección deportiva se quiere dar: un equipo que apuesta por el fútbol ofensivo.
Que los blanquiazules hayan marcado ocho goles en siete partidos -tres en el estreno de Ziege ante el Badalona- y que se hayan encajado diez tantos (seis en Son Malferit) denota que algo no cuadra en el mensaje de normalidad que ayer dio el director deportivo, Patrick Messow. "Hay tiempo, es un proyecto de futuro. Si no funciona para este año, lo intentaremos para el que viene", dijo en declaraciones a IB3 Televisió y restando importancia a la situación.
"Este camino es el correcto"
A su vez, apoyó la labor del técnico: "Ahora hay nuevas caras, nuevas ideas. Los resultados no son buenos, pero estamos seguros de que este camino es el correcto".
Y eso que el equipo, con todo lo que se ha invertido esta temporada, solo lleva siete puntos más que la pasada campaña a estas alturas. Entonces estaban en el puesto 16 con 25 puntos (a dos del descenso) y con Siviero -que logró dos victorias y un empate en sus tres primeros partidos- ya como técnico tras el cese de Nico López (habían sumado 5 puntos de 18 posibles y estaba en descenso). Esta temporada, en la misma jornada 23, el equipo es décimo con 32 puntos tras una pésima racha de nueve puntos de los últimos 21.
Pese a esta dinámica negativa, la palabra 'presión' no se pronuncia por parte de la directiva. Es más, Messow no tuvo problemas en reconocer que mantienen su confianza en el teutón: "Tenemos un entrenador que piensa como nosotros, trabajando con jugadores jóvenes y jugando de forma ofensiva y bien al fútbol'".
Estas palabras quizás explican las decisiones de Ziege en las últimas convocatorias y en sus alineaciones, de las que ha desaparecido el delantero Rubén Jurado, imprescindible en los esquemas de Siviero y también de Ziege en sus inicios. Curiosamente, los canteranos Manu Farrando, Riad y Rodrigo han visto cómo han pasado de no tener minutos en el arranque de temporada con el cuerpo técnico anterior a ser protagonistas en los onces del germano.
