En fuga casi desde la salida, Fabian Cancellara demostró ayer que es un matador y un ciclista irrepetible. Un deportista excepcional, tan excesivo en sus alardes de fuerza, como brillante y modélico. Tan poderoso y cercano como incontestable y genial.

Un corredor que ha marcado época y que en el inicio de su última temporada como profesional, según ha anunciado, firmó una clase magistral de ambición y audacia, para imponerse en solitario en la meta de Deià y conquistar el emblemático Trofeu Serra de Tramuntana. La prueba estrella de la XXV edición de la Challenge Volta a Mallorca. Una auténtica lección de maestría sobre la bici.

Y es que el clasicómano por excelencia de la última década, entregándose a fondo y finalizando completamente exhausto, se presentó en meta con una ventaja de 17 segundos sobre una quincena de hombres comandados por Michal Kwiatkoswski -segundo por segundo día consecutivo-, tras completar a su favor una persecución a lo largo los últimos 20 kilómetros de un recorrido de 144.

Su decisivo monólogo, tras haber participado previamente en una escapada de 20 ciclistas, llevó al límite el desarrollo de la prueba y dejó en evidencia la capacidad de organización y respuesta de equipos de primer nivel, como son el Team Sky; el Etixx-Quick Step belga o el Movistar, entregado a favor de Alejandro Valverde.

Conocido también como Espartaco, por su porte atlético y espíritu en carrera de gladiador, Cancellara firmó toda una exhibición en los últimos kilómetros, soportando el empuje de un grupo de buena parte de los mejores ciclistas del mundo. Un batallón en el que resistió, y se codeó sin complejos, Enric Mas. El pupilo mallorquín aventajado de Alberto Contador. Una nueva perla del ciclismo isleño que en su segunda prueba profesional, pese a la enorme dureza que imponía su accidentado perfil, terminó entre los mejores y sin apenas ceder tiempo. Fue extraordinario.

"No tenía nada que perder"

"Estoy cansado, ha sido una etapa muy dura, en la que hemos rodado muy rápido en todos los puertos", explicó Cancellara, antes de avisar que en cuestión de horas debía abandonar la isla, donde ayer ganó la primera carrera de su última temporada.

"Ha sido como una contrarreloj. No pensaba que podría estar delante al final, ya que en el Puigmajor estaba al límite, pero resistí y después ataque en la bajada, en los últimos 15 kilómetros hasta el final, con los últimos cinco muy exigentes. Ganar es bueno e intentarlo es nuestra obligación. No tenía nada que perder y ha resultado perfecto", destacó el suizo.

Sin complejos: impresionante, ante los mejores

Enric Mas, enrolado en la Selección Española, afrontó la segunda carrera profesional de su vida todavía en edad Sub 23 y confirmándose como uno de los mayores valores de futuro del ciclismo español. En una prueba durísima, de montaña y lanzada por todo un campeón como es Fabian Cancellara, se codeó con la elite del ciclismo World Tour. Resitió y pasó el examen con nota alta.