Pese a la derrota por 2-1, el gol de Kike para el Manacor en su visita al feudo del Almansa permite al equipo que dirige Jaume Mut regresar a Mallorca con un tanto a su favor que el próximo fin de semana puede pesar mucho en el partido de vuelta de la elimintatoria para el ascenso a Segunda B que se disputará en na Capellera.

El partido de ida disputado ayer tuvo un triste epílogo, ya que fue suspendido en la prolongación durante, un cuarto de hora, por incidentes con el público –le tiraron el banderín a un asistente de un manotazo–. Un incidente que interrumpió un partido que al final, terminó con triunfo por la mínima de los locales y marcado por un pésimo arbitraje para los intereses del equipo local.

La primera parte se cerró sin muchas ocasiones de gol, con escaso juego y de una gran dureza por parte del equipo de Manacorí, ya que en los minutos 45 iniciales hubo que atender a varios jugadores locales. Incluso, el delantero Meca tuvo que abandonar el campo hasta en cuatro oportunidades para ser atendido de los efectos que le dejaron diferentes entradas al límite de la regla.

El Manacor salió a defender, buscando el cero a cero descaradamente, mientras los locales se vaciaban en un esfuerzo estéril, carentes de acierto. La primera oportunidad que se pudo destacar tuvo lugar en el minuto diez, cuando se armó un lío monumental dentro del área pequeña del Manacor, saliendo el balón finalmente fuera por poco.

En el minuto 23 la gran ocasión local la tuvo Meca en un centro de Santi. El cabezazo del ariete recibió la respuesta de Gaspar con un gran paradón. En el 37 fue el portero local, Imanol, el que detuvo con seguridad un intento lejano de Petete. Después, Pablo falló junto a Rubén a puerta vacía. Poco fútbol y mucha dureza en el primer periodo. Además, la mala actuación del colegiado acabó de aliñar el pobre espectáculo que ofrecían los jugadores sobre el césped.

La segunda parte tuvo de todo. De entrada, agobio local y una jugada hilvanada por Santi que remató Meca dentro del área en el uno a cero. Pero dos minutos después, con un balón largo del Manacor, se armaron un lío los zagueros locales y en la melé Kike metió la cabeza para empatar 1-1 De ahí al final, el acoso local fue total, así como su enfado ante las constantes pérdidas de tiempo del Manacor, con picardía, defendiendo un marcador favorable.

A tres minutos del minuto noventa un saque de esquina botado por Iñaki lo remató Pablo a las mallas, frustrando a los isleños. Sin embargo, aún quedaba lo peor, cuando alguien del público golpeó a un asistente tirándole al suelo el banderín. Fue entonces cuando el árbitro Ais Reig suspendió el partido durante casi veinte minutos y el Manacor se resistía a volver al campo, pero al final se jugó el tiempo de descuento sin que se volviesen a registrar incidentes.