Treinta y seis días después de caer en los cuartos de final del Abierto de Australia ante David Ferrer, Rafel Nadal se dispone a partir del próximo 4 de marzo a iniciar un maratón de ocho torneos que le ha de llevar, en la primera semana de junio, a la final del torneo de Roland Garros, que aspira a conquistar por sexta vez. De llegar a las rondas finales en la mayoría de ellos –algo nada descartable– y de ganar varios –bastante probable–, a Nadal le esperan una treintena de partidos en los próximos tres meses de competición. Un auténtico maratón para el número uno del mundo.

Ha sido algo más de un mes que el número uno del mundo ha dedicado a recuperarse de la rotura fibrilar en el adductor mayor de la pierna izquierda en Australia. Una lesión que rompió de cuajo sus aspiraciones de ser el primer jugador desde 1969 en conquistar de manera consecutiva los cuatro grandes torneos del circuito.

Afortunadamente, la lesión es historia. El doctor Angel Ruiz Cotorro recomendó diez días de reposo absoluto y, desde el pasado día 10, ha vuelto a entrenar con absoluta normalidad. No siente ninguna molestia y está a punto para defender el pabellón español en la ciudad belga de Cherleroi a partir del 4 de marzo, en la eliminatoria de Copa Davis ante Bélgica.

Será el primero de los ocho compromisos que ha de disputar en los próximos tres meses el jugador de Manacor, que le ha de llevar al torneo de Roland Garros en la primera semana de junio. Después de la eliminatoria ante Bélgica, que se presume fácil por la escasa entidad del rival, Nadal emprenderá la gira americana con los torneos de Indian Wells y Miami. En el primero, que se disputa del 11 al 21 de marzo, defiende semifinales, donde cayó el pasado año ante el croata Ivan Ljubicic. La misma ronda alcanzó en Miami, torneo que se disputa del 24 de marzo al 4 de abril, en la que cayó ante el norteamericano Andy Roddick.

Una vez concluyan estos dos torneos comienza la temporada de tierra. Y lo hará el 11 de abril en Montecarlo, un torneo que le va como anillo al dedo ya que lo ha conquistado nada menos que en seis ocasiones, récord absoluto. El pasado año se impuso a Fernando Verdasco en un partido sin historia. Fue su primer triunfo tras 350 días de sequía, desde que venciera en el torneo de Roma de 2009. No fue una victoria más ya que supuso un punto de inflexión en su trayectoria. A partir de ese momento empezó a ganar y no paró, hasta conquistar ese mismo año Roland Garros, Wimbledon y, por primera vez, el Abierto de Estados Unidos. Inmediatamente después se disputa el torneo Conde de Godó, al que regresa después de tomarse un año sábatico "porque mi cuerpo me pide descansar", argumentó el tenista el pasado año para justificar su ausencia en un torneo en el que, además de haberlo conquistado en cinco ocasiones, le tiene un cariño especial por sentirse tan ligado al club organizador, el Real Club de Tenis Barcelona.

Tras el Godó espera el torneo de Roma, otro escenario que se le da de forma inmejorable ya que ha vencido allí hasta en cinco ocasiones, la última el pasado año al derrotar en la final a David Ferrer. Tras Roma, del 9 al 16 de mayo, el Masters 1000 de Madrid, en donde el pasado año también triunfó al derrotar en la final a su eterno rival, el suizo Roger Federer. Era el decimooctavo Masters 1000 de Nadal, récord absoluto, superando los diecisiete de Andre Agassi.

Y, a partir del 23 de mayo, la gran cita de cada año, el torneo de Roland Garros, este año más especial que nunca si cabe ya que Nadal está en disposición de igualar los seis títulos del mítico Bjorn Borg sobre la tierra de París y erigirse, si no lo es ya, en el mejor tenista de la historia sobre tierra batida. Tres días después de cumplir 25 años, puede levantar por sexta vez la copa de los mosqueteros en lo que probablemente es la cita más importante para Nadal de toda la temporada.

Este es el calendario que le espera al tenista mallorquín, supeditado a las necesidades del momento. Tres meses de lo más exigente y que pondrán a prueba al número uno. Además, en prácticamente todos los torneos, salvo Indian Wells y Miami, donde llegó a semifinales, defiende muchos puntos al haber vencido en el resto. Sólo está en disposición de sumar en el Godó, donde se ausentó el pasado año. Toda una prueba de fuego para un tenista que se supera año a año. Lo conseguido el pasado es prácticamente irrepetible, pero todo puede suceder cuando Nadal está en uno de los dos lados de la red.