Sumido el club en un caos económico de consecuencias imprevisibles, el equipo sigue a lo suyo, dando la cara en el terreno de juego y proporcionando a su afición una alegría tras otra. Ayer, la quinta consecutiva en el Ono Estadi, en un registro sin precedentes en la historia del club en Primera. El grupo de Manzano, que de momento se mantiene ajeno a la monumental pelotera que acontece en la planta noble de Son Moix, aunque todo se andará, se impuso a un buen Racing con un gol de Webó, el primero que marca esta temporada, que contribuye a que el equipo se mantenga en plazas europeas. El equipo habla, mucho y bien en el campo. Ahora le toca a la propiedad decir la suya esta semana y apaciguar unos ánimos que están por los suelos entre la mucha gente que considera, como la canción, que el Mallorca es un sentimiento. De momento, el Mallorca es más que un equipo y menos que un club.

Se esperaba un partido complicado porque el Racing llegaba a Palma con la vitola de ser el único equipo, junto al Barcelona, invicto en la salidas. Por lo tanto, respeto máximo. Y a fe que lo demostró. Pudo marcar hasta en tres ocasiones clarísimas y durante muchos minutos puso el ay en el cuerpo porque siempre atacaba con mucho criterio.

El partido fue vistoso, con muchos momentos de buen juego. El Mallorca se cansó de llegar al área de Toño, pero por increíble que parezca el balón entró sólo una vez en la portería del Racing. Fue en el minuto 18, cuando Webó aprovechó un buen centro de Borja para marcar su segundo gol de la temporada. Pero el camerunés no sólo se dejó ver en el tanto, sino por la gran cantidad de balones en condiciones que puso a Víctor, Castro y Julio Alvarez. Su partidazo en el Calderón parece haberle dado alas y está dispuesto a aprovechar la baja de Aduriz para convencer a Manzano de que debe ser él quien acompañe al vasco en la punta de ataque.

Fue el de Webó el único gol del partido. Pero debieron ser dos los que tendrían que haber subido al marcador. Pero, incomprensiblemente, el colegiado Ayza Gámez, se supone que a instancias de uno de sus asistentes, anuló un gol a Víctor a los quince minutos de la segunda parte. No hubo fuera de juego en el pase de Julio Alvarez al de Algaida, en una jugada que nació de las botas de Webó. Sólo por la jugada de tiralíneas mereció el premio del gol. Y al Mallorca le tocó sufrir hasta el final.

La respuesta de los hombres de Manzano fue en todo momento irreprochable, tanto por la altura de su fútbol en muchas fases del partido como por la voluntad de ganar.

Hubo muchos destacados ayer en las filas mallorquinistas. Pero Borja, como casi siempre, estuvo muchos cuerpos por encima de los demás. No hubo nadie, ni en el Mallorca ni en el Racing, que se acercara a sus prestaciones. Borja sostuvo a su equipo con su intensa actuación y exhibió rasgos de su extraordinaria clase. Su paso por el fútbol inglés le ha dado un plus que le convierte en un jugador diferente, imprescindible en este equipo. Asiste, protege el balón como nadie, distribuye juego y corre como el que más. Es el líder de este Mallorca.

Mattioni

No fue el único que sobresalió. Lo hizo, y de manera sorprendente, Felipe Mattioni, el Alves del Mallorca. Tras dos meses de competición, la afición por fin pudo ver a este defensa con alma de delantero. El jovencísimo jugador se metió al público en el bolsillo con dos jugadas que si llegan a acabar en gol sale a hombros del estadio. La primera, en el minuto 40 cuando, en posición de extremo, se hizo un autopase y se inventó un cañonazo que fue respondido por Toño en la parada de la tarde. La manopla del guardameta cántabro evitó un golazo de bandera. Y, en el minuto 75, el jugador cedido por el Milan, partiendo desde la defensa, dejó atrás a todos cuantos le salían al paso para plantarse ante Toño. La obra fue museística, pero al chaval le falló el remate final, flojo y por lo tanto previsible. La ovación se la llevó igualmente, como no podía ser de otra manera. Manzano debe tener pocas dudas tras lo visto ayer de quién es el nuevo dueño de la banda derecha de la defensa.

Los minutos pasaban y el Racing cada vez llegaba con más peligro. Manzano movió pieza y reforzó el centro del campo con Martí por un Webó que pareció sorprenderse por el cambio. El camerunés hizo un partido muy completo en todos los sentidos. Borja adelantó su posición y Víctor quedaba como único punta.

Como el día del Getafe, el Mallorca parece sentise cómodo jugando al contragolpe. Toma la pelota, tuya es, mía no, parecían decir los rojillos a los hombres de Mandiá, que al principio encajaron el ofrecimiento con muy moderado interés, como si fuera una cuestión ajena a su incumbencia.

Con el marcador tan ajustado, y con los dos equipos justos de fuerzas, el gol pudo llegar en ambas porterías. Luis García, una sombra de lo que fue en el Barça y Liverpool, pudo marcar en el minuto 81 con Aouate batido. Fue, posiblemente, la mejor ocasión del Racing. Por su parte, Keita, que disfrutó de un cuarto de hora, pecó una vez más de chupón, lo que hace tiempo que ha dejado de irritar a sus compañeros. Tuvo en sus botas el gol de la tranquilidad, pero su egoísmo lo tiró todo por la borda.

En cualquier caso, el Mallorca suma ya 17 puntos, 15 de ellos en el Ono Estadi. Sin duda la mejor noticia, por no decir la única de una institución que a cada día que pasa parece más cerca del precipicio. Que el equipo rinda sobre el terreno de juego de la manera cómo lo está haciendo dice mucho de Manzano y sus jugadores, a los que ha sabido sacar un rendimiento extraordinario. La solución está en casa, pero la propiedad parece no haberse dado cuenta.

MALLORCA 1

l Aouate

l Mattioni

l Nunes

l Rubén

l Ayoze

l Mario

l Borja (por Tuni)

l J. Alvarez

l Castro

l Víctor (por Keita)

l Webó (por Martí)

l Martí (m.69)

l Keita (m.77)

l Tuni (m.84)

RACING 0

l Toño

l Henrique

l Torrejón

l Crespo

l Christian (por Geijo)

l Colsa

l Lacen

l Munitis (por Arana)

l Serrano

l Tchité (por Xisco)

l Luis García

l Geijo (m. 55)

l Arana (m.56)

l Xisco (m.76)