Mateu Alemany aseguró, casi sin querer, que Carlos González incumplió el preacuerdo de compra de las acciones del Mallorca –por cinco millones de euros– que debía materializarse el pasado lunes.

"Sólo puedo relatar los hechos. Se firmó un documento de compromiso, con una fecha determinada, con unas condiciones determinadas y que sólo estaban sujetas a un pago que no se hizo, esto es lo que pasó, no haré más valoraciones", manifestó a regañadientes en uno de los salones del Hotel Sonneck.

El dirigente no quiere hablar más del proceso de venta del club. Sus palabras lo dejaron claro, pero es que su rostro también. "Me remito a la nota pública que hice en su día, el presidente del Mallorca está por encima de estas situaciones y no haré más comentarios ni hoy –por ayer– ni dentro de lo posible en el futuro", subrayó Alemany.

El abogado no aceptó el pago a plazos de los cinco millones que había acordado con el empresario tinerfeño para hacerse con el control absoluto de la entidad. "Alemany me ha utilizado", llegó a decir González a DIARIO de MALLORCA en la edición del martes. Fue el final de un culebrón que se ha alargado mucho más de lo que el propio Alemany deseaba. "Uno no controla el tiempo en algo que no depende de sí mismo. El tiempo de hablar de la compraventa tenía que ser limitado para no perjudicar los intereses del Mallorca. Y éste ha acabado. Dentro de nuestra responsabilidad está defender los intereses del club en todas sus áreas", apuntó.

Alemany dejó claras cuales serían sus funciones a partir de ahora en el club. "He venido aquí a gestionar, tomar decisiones, establecer política de fichajes y a ejercer todo el poder que me confiere mi posición en el club, hablar de futuro sería malo para la entidad", expresó.

El andritxol, que reconoció que la entidad no tiene "una gran capacidad de inversión", sólo quiere pensar en conformar un equipo competitivo. "Ahora debemos centrar nuestros esfuerzos en ayudar al entrenador, a darle lo que quiere en el capítulo de fichajes", concluyó.