El periódico ´The New York Times´ publicó ayer un editorial en el que ensalzó la final de Wimbledon, relatada con un lenguaje propio de una epopeya: "Una batalla moral en la que ambas partes -el bien contra el mal- han permutado con cada cambio de servicio (...)". "En un minuto, Nadal se perdía en la maleza. Al siguiente minuto era el turno de Federer(...)", define la igualdad existente en el duelo. "La multitud se pregunta cómo lo hacen, no sólo la ejecución en el golpeo de la bola, sino la capacidad de no verse ya ganadores o perdedores. Su deseo se oculta en el juego en sí. Pero el nuestro está desbocado y se nos está haciendo difícil respirar, e incluso difícil verlo", concluye.