Traduttore, traditore. Con las adaptaciones de reconocidas obras literarias al cine ocurre de tanto en cuanto algo parecido, puristas clamando contra desviaciones o innovaciones que no les gustan. Los de esta obra infantil de Beatrix Potter, cuya primera edición es de 1902 y lleva decenas de millones de copias vendidas, tienen motivos para alzar la voz. La obra tiene muchísima gracia, encanto en los dibujos, un lenguaje cuidadísmo. Es un clásico con mayúsculas, dentro de su género.
Posiblemente estos puristas esperaban/deseaban una animación bidimensional y acuarelada, como la deliciosa franco-belga Ernest y Celestine (2012). Sin embargo, al caer en las garras de una gran productora (Sony) y disfrutar un alto presupuesto, los creadores de este Peter Rabbit han recurrido a lo fácil, la fórmula palomitera. Tres actores de carne y hueso con suficiente pedigrí (Gleeson jr, Byrne y Neill), localizaciones reales (simulando - en Australia- la bucólica localidad británica de Windermere) y lepóridos de animación informática con mucho realismo y cuerpo, como los animatronics de antes de la explosión digital. El contenido, el guión, es el que ha provocado más controversia. Del protagonista, el macho alfa del grupo, han remarcado su lado más chulesco y gamberro, casi un acosador. Los humanos fuerzan sus registros, su gesticulación, rozando lo vodevilesco. Y, colmo de la apostasía, se incluyen bacanales alimentarias propias de comedias juveniles, y rapeos musicales. Como pocos peques serán capaces de comparar con ojo crítico la obra escrita y la filmada, ésta última es la que se grabará en sus neuronitas. Una comedia de animales humanizados, trazo grueso, buen ritmo, aceptables actores y algunos gags muy, muy divertidos.
Peter Rabbit
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Nacionalidad: Estados Unidos, 95 min.
Director: Will Gluck
Actores: Domhnall Gleeson, Rose Byrne, Sam Neill
Cines: Augusta, Ocimax, Artesiete Fan, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor
