¿Qué ha preparado Urtain para La Movida?

—Un repertorio centrado en nuestros tres discos, algunas versiones y también aprovecharemos para tocar por primera vez algunas canciones nuevas en las que estamos trabajando y que esperamos grabar a finales de este mismo año.

¿Qué encontraremos en sus canciones?

—Las canciones de Urtain hablan y siempre hablarán de sentimientos,sensaciones o estados de ánimo. Intentamos plasmar en ella cosas en las que pensamos y emociones que son comunes a todos. Es importante que exista un grado de comunicación entre nosotros y el público, ese vínculo emocional es lo que más nos interesa en una actuación y nos emociona que la gente que viene a vernos lo perciba.

¿Cuál es la esencia de Urtain?

—Cada vez que afrontamos un nuevo trabajo discográfico lo hacemos con la intención de que tenga un sonido propio, meternos en terrenos nuevos en los que nos sintamos cómodos y que suene a Urtain. Los músicos a menudo nos obsesionamos con ese equilibrio que tiene que haber entre ofrecer algo nuevo y el consiguiente riesgo a perder la identidad que conlleva.

¿Dónde reside la magia de una canción?

—Con el paso del tiempo hemos ido aprendiendo a “separar el grano de la paja” y cada vez somos mas autocríticos y exigentes con nuestro trabajo. Hay canciones que funcionan desde el primer momento y otras que no. Intentamos ser lo más objetivos posibles. La magia de las canciones reside en eso, ese misterio que diferencia a unas de otras y que simplemente “ocurre”.

¿Cuál es el punto de partida de su música?

—Nunca sigue un mismo patrón, al menos en nuestro caso. A veces surge a partir de una frase o acontecimiento, a veces sobre algo que has escuchado y te ha gustado, o sobre un riff de guitarra, y de repente todo empieza a fluir. El proceso es confuso y la idea original se va distorsionando en la cabeza, va mutando en el local y acaba convertido en algo que no esperabas.

¿Urtain se mira en el espejo de las mejores bandas de los 80?

—Nosotros tenemos como referentes a muchísimas bandas nacionales y anglosajonas, somos conscientes de que en el rock casi todo está inventado, pero hay mil maneras para hacerlo. Intentamos rescatar lo mejor de cada generación y es evidente que los 80 fueron una época especialmente prolífica y creativa en España. Somos conscientes de que muchas bandas actuales reniegan de ese legado y prefieren partir de cero. Nosotros tenemos demasiados discos en casa y somos demasiado permeables como para hacerlo.

¿Qué podemos aprender de aquella época y de sus grupos?

—Al margen de cómo hayan envejecido, no nos cabe duda de que todas esas bandas contribuyeron a enriquecer el panorama musical y se convirtieron en referentes para su generación. Sin intención de caer en la nostalgia, creemos que es la asignatura pendiente que tenemos las bandas actuales. Pero la situación actual es totalmente diferente y resulta menos efectivo ahora que antes mantener ese espíritu “transgresor”. El público es mucho menos impresionable.