El día siguiente a que se diera a conocer el divorcio de los duques de Lugo, Álvaro de Marichalar concedió una entrevista a Radio Diario en la que reconoció que, "en muchos niveles", estar emparentado con la Familia Real "fue una losa".

"De ser el Indurain del mar pasé a ser el hermano, el otro", explicaba el empresario sobre una boda "que salió del ámbito privado por el interés legítimo de los medios", pero a cuyas consecuencias dijo no haberse prestado jamás, como no se ha aprovechado nunca de su estatus. "No lo necesito", sentenció.

En el programa La Nata, y ante la pregunta de Esteban Mercer, colaborador de DIARIO de MALLORCA, sobre si en algún momento pensó que ser cuñado de una infanta de España traería tantas complicaciones, respondió: "Tuve la seguridad absoluta. Mi abuelo Luis, que fue ministro de Alfonso XIII, abuelo de nuestro Rey, decía que mandar es una vocación de servicio. Y servicio a cambio de nada. Que te las peguen sin poderte defender. Pero lo tengo asumido". En este sentido, comparó su vida con el mar, con "sus peligros" y "momentos más desagradables que agradables".

Tuvo también palabras de elogio para su hermano. "Nunca ha hecho una declaración de ningún tipo, no se ha defendido jamás ante las burradas y barbaridades, y eso le honra", apuntó el aventurero, que hizo gala de capacidad de aguante. "No hay que abandonar nunca. Tengo espíritu numantino y eso es lo que me guía. Es verdad que para mí hubiera sido más cómodo ir a vivir a Italia o a Francia, donde he vivido mucho y soy feliz, pero mi país es España, y yo llevo mi bandera en el corazón y en el alma", apuntó en una entrevista en la que habló también del Estatut catalán, la disputa familiar por la finca de Soria o el pago de un rescate por el Alakrana, que tildó de "vergonzoso".