"La Cenicienta que no quería comer perdices" nació a propuesta de un grupo de mujeres maltratadas que sentían que el final del cuento: "y fueron felices y comieron perdices" les había hecho más daño que bien. La queja la recogieron Nunila López y Myriam Camareros y hoy han hecho un cuento realista y actual.

Un cuento para adultos que reinventa el clásico de la Cenicienta con una protagonista rebelde, vegetariana, que no quiere usar zapatos de cristal y tacón, que se niega a cocinar perdices para el Príncipe y que está dispuesta a descubrir la vida en soledad.

Una mujer que al final del camino se encuentra a una ratita presumida que ha empezado a engordar y liga más, una Bella durmiente y Blancanieves que están despertando y desintoxicándose del Prozak; a Caperucita Roja que le había salido violento el cazador debido a sus dioptrías emocionales que la impidieron ver la escopeta y a un Pinocho que está harto de sus mentiras y sabe que necesita la verdad.

Así, "La Cenicienta que no quería comer perdices", de Nunila López Salamero e ilustrado por Myriam Cameros Sierra, sin ningún atisbo de ñoñería o almíbar, con prólogo de la periodista y escritora Maruja Tores, se ha convertido en uno de los libros más leídos en colegios, asociaciones de mujeres, y en internet, donde se ha tejido una red a su alrededor que funciona como terapia y juego.

El libro acaba de salir a la calle en una nueva edición publicada por Planeta, "una gran multinacional que nos daba miedo", explica López, quien junto con Camareros hicieron una primera autoedición, con ayuda de amigos, que se fueron suscribiendo al proyecto hasta financiar los 6.000 euros que costaba.

Y una primera edición que se convirtió en todo un símbolo, no solo en Barcelona, sino en muchos lugares del Estado, de la lucha por la igualdad.

El libro incorpora también comentarios de Carmen Posadas, Miguel Ríos, Rosa Regás, Isaac Rosa, Clara Sánchez, Marta Sanz y Ángela Vallvey, entre otros.