El guionista de cine Rafael Azcona murió el pasado lunes en Madrid a los 81 años víctima de un cáncer de pulmón, y sus restos fueron incinerados ayer en la más estricta intimidad. La viuda de Azcona, Susi, muy emocionada, quiso expresar su "inmensa gratitud" a todos cuantos admiraban al escritor.

Rafael Azcona Fernández, escritor y guionista de películas como El Verdugo, La escopeta nacional o la oscarizada Belle époque, escribió a lo largo de su vida en torno a un centenar de guiones que consiguieron dar categoría al cine español, contribuyendo a su esplendor. Recibió seis premios Goya , el Nacional de Cinemaografía y un Max de teatro por su adaptación al escenario de El Verdugo.

Víctor Erice, Carlos Saura, Fernando Trueba, Jose Luis García Sánchez son sólo algunos de los realizadores españoles que trabajaron codo con codo con Azcona, cuya obra adquirió popularidad enseguida y llevó a la pantalla a actores como Pepe Isbert o Jose Luis López Vázquez, entre otros. Fue éste quien protagonizó El pisito en 1958, película dirigida por Marco Ferreri para la que Azcona escribió sus primeros diálogos cinematográficos.

Su trayectoria humana y profesional partió de la España en blanco y negro de posguerra, y las tantísimas películas sacadas de sus ideas obtuvieron galardones en los festivales internacionales, arrancando aplausos, mientras él se mantenía en un segundo plano, sin conceder entrevistas, ni aceptar los honores que todos le reconocían, porque no le gustaba la vida pública, de ahí que su muerte no se diera a conocer hasta pasadas ya varias horas.

Nació el 24 de octubre de 1926 en Logroño, capital riojana que inspiraría sus primeros escritos y dibujos, aparte de un naciente entusiasmo por el cine al que, sin embargo, llegó a su vida por azar. En 1951 se estableció en Madrid donde, como él mismo ha dicho, empezó a "escribir cosas divertidas sobre cosas tristes" y fue colaborador asiduo de publicaciones como la revista irónico-humorística La Codorniz. El autor de novelas -Los muertos no se tocan, nene; Los europeos; Pobre, paralítico y muerto o Los ilusos- descubrió que era más "fácil" escribir guiones que novelas. Así, embarcó en la nave de celuloide.

Tras El pisito, su siguiente guión fue para El cochecito. Para Ferreri hizo otros como Ape Regina, Se acabó el negocio, Contrasexo, Marcha nupcial, La audiencia o La comilona. De su colaboración, iniciada en 1960, con Luis García Berlanga son los guiones inolvidables de Plácido (1961), Las cuatro verdades (1962), El verdugo (1963), Las pirañas (1967), Vivan los novios (1970), La escopeta nacional (1978) y Patrimonio Nacional (1980).

También trabajó con otros realizadores: Carlos Saura (Pippermint Frappé, La madriguera, La prima Angélica y Ay, Carmela), José María Forqué (El monumento y El ojo del huracán), Víctor Erice (Los desafíos), José Luis García Sánchez (Pasodoble y Tirano Banderas), José Luis Cuerda (El bosque animado), Alberto Latuada (El poder de la mafia), Luigi Polidoro (Una esposa americana y huracán) y Fernando Trueba (El año de las luces y Belle époque). De su labor con José Luis García Sánchez resultó la saga Suspiros de España y Portugal (1995), Siempre hay un camino a la derecha (1997) y Adiós con el corazón (1999); esta última supuso el regreso al cine de Aurora Bautista.