A las 8:20 de la mañana sonaba el último disparo en Huétor Tájar, Granada. Con él se suicidaba el hombre de 72 años que se había atrincherado en su vivienda con sus nietos. El suicidio se producía cuando los agentes entraban en la casa y encontraban en dos habitaciones los cuerpos de los niños de 10 y 12 años. Con ellos se había encerrado la pasada noche tras una discusión con su yerno. Fueron los vecinos quienes alertaron a emergencias. "En todo momento el abuelo porta una escopeta. Cuando llega la Guardia Civil hace dos disparos al aire desde la ventana para que sepan que va armado", ha informado el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández.

Un negociador estuvo siete horas hablando con el hombre que, a las 5:00 de la mañana, decide dejar de hablar para empezar a preparar a sus nietos para el colegio. Al ver que a las 8:00 nadie salía de la vivienda, los agentes irrumpían y confirmaban la tragedia. El cadáver de uno de los menores tenía signos de arma de fuego. Su hermano creen que pudo ser asfixiado. Hace dos meses el hombre conducía un coche cuando sufrió un desmayo y chocó contra un muro. En el vehículo iban su mujer y su hija, que fallecieron en el accidente. Sus nietos lograron sobrevivir hasta que hace unas horas su abuelo les quitaba la vida.