El fuego se declaró a la una de la madrugada, en una batería de contenedores ubicada a la altura del número 28 de la calle Joan Mestre. Las llamas se extendieron por los cinco depósitos, dos de rechazo y tres de reciclado, y alcanzaron rápidamente grandes proporciones, hasta alcanzar una altura de dos pisos. El fuego destruyó totalmente un coche que estaba estacionado al lado y causó grandes desperfectos en otro vehículo en la acera opuesta. Las llamas quemaron el tendido eléctrico y provocaron daños en las fachadas de dos casas, donde se rompieron los cristales a consecuencia de las altas temperaturas.