En la actualidad, cada pasajero tiene permitido llevar líquidos en envases de no más de 100 mililitros de líquidos, unos 3 o 4 botes.

Según las directrices de Aena, la entidad pública que administra los aeropuertos de interés general en España, estos envases deben encajar cómodamente en una bolsa de plástico transparente de un litro, que debe cerrarse completamente. Cada pasajero puede llevar consigo una bolsa de este tipo.