Sobre las once de la mañana, cinco de los doce sobreposats de La Sang han cargado con la imagen y han procesionado por la nave principal, un momento que centenares de asistentes han inmortalizado con sus teléfonos.
Después del breve recorrido, los cinco sobreposats y prohoms han depositado al Cristo ante el altar. El obispo ha venerado la imagen esparciendo incienso, y a continuación, junto al prior, ambos han besado sus pies. A partir de ese momento, los fieles han empezado a acercarse al Jesús yacente sobre la cruz para besarle y mostrar su devoción.