A finales del pasado año, el Ayuntamiento de Palma solicitó la colaboración del SEPRONA con el fin de averiguar la identidad de los responsables del vertido de todo tipo de residuos en una finca próxima al Estadi Balear. A raíz de esta petición los agentes abrieron la operación STERCUS, en la que tras varios meses de investigación, se observó como los ahora detenidos cobraban por gestionar los residuos de manera ilegal y sin ningún tipo de autorización y control.