“La nuestra fue una amistad verdadera, nació como una casualidad y luego se convirtió en algo muy grande”, afirma Tomeu Penya.

El músico de Vilafranca le conoció en una possessió de Felanitx, Son Valls, en el transcurso de una comida con un grupo de amigos. “Vendrá Paco de Lucía, me dijo mi amigo Bernat. Cuando llegó Paco las rodillas me temblaban. Pero fue tan fácil hacernos amigos, que a partir de ahí cada domingo seguimos viéndonos, para contarnos la vida, hablar de música, de fútbol, de todo. Como un niño, yo esperaba que llegara el domingo para comer con él y escucharle”, asegura.