Félix Alarcón es el vecino que encuentra los tesoros en el fondo del mar. No es que los busque, pero su afición a bucear todos los días, sea verano o invierno, desde s’Arenal hasta Ses Fontanelles le llevó a toparse con un pecio que contenía cerca de 800 ánforas de los siglos III y IV. Ocurrió en 2019. Y tras el valioso hallazgo, ahora custodiado por Patrimonio del Consell, acaba de descubrir otro: un ancla romana de más de 1.700 años de antigüedad, cerca de 200 kilos y unos dos metros de punta a punta bajo el agua enfrente del Balneario 12. «Cuesta creer que haya un barco romano, ánforas o un ancla petrificada donde nadan un millón de personas, pero así es», afirma sobre la zona turística más importante de Mallorca, la Playa de Palma.
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