La piel es uno de los órganos más extensos del cuerpo y actúa como barrera frente a las influencias de presión o fricción, los productos químicos nocivos, el calor y el frío, las radiaciones solares y los microorganismos dañinos.

Además, ayuda a tener una correcta percepción sensitiva, gracias a los receptores de tacto, presión, temperatura y dolor que contiene.

Todas estas funciones las lleva a cabo a través de las tres capas que la forman. La epidermis es la más externa y constituye la cubierta de protección contra influencias ambientales; la dermis, diez veces más gruesa que la epidermis, es el tejido de sostén de la piel y responsable de su elasticidad y fortaleza; y la hipodermis, que protege el tejido muscular absorbiendo los impactos gracias a los adipocitos, que son unas células de grasa que aíslan el cuerpo del frío y del calor y almacenan importantes nutrientes.

"Despedido ya el invierno y con el verano a la vuelta de la esquina, la primavera es el momento perfecto para intentar mitigar los daños que el frío, la polución o los cambios bruscos de temperatura hayan podido causar en nuestra piel y prepararla para la exposición al sol y los largos periodos al aire libre", ha comentado la experta del departamento científico de Cinfa, Maialen Elizari.

Por ello, y con el objetivo de asegurar que la piel tenga un estado óptimo, la experta ha aportado diez consejos:

1. Transforma en un hábito la higiene diaria del rostro. Es fundamental limpiar la piel del rostro por la mañana y antes de acostarte, con el fin de eliminar impurezas y maquillaje. Para que esta limpieza sea efectiva y no agresiva, hay que utilizar productos específicos para el rostro.

2. Hidrata el piel por fuera. La hidratación constituye otro de los secretos de una piel sana y elástica, no sólo en el rostro, sino en todo el cuerpo. Para lograrla de forma efectiva, hay que elegir leches hidratantes que se adapten a tu tipo de piel y aplicarlas diariamente mediante suaves masajes.

3. Y por dentro: beber agua de manera abundante. El agua mantiene la piel hidratada y ayuda a eliminar toxinas. El truco está en ingerir líquidos regularmente (entre uno y dos litros diarios) y sin esperar a tener sed.

4. Tomar frutas y verduras. Los antioxidantes, vitaminas y minerales que contienen son los aliados perfectos para una piel sana y luminosa. Por ejemplo, alimentos como la granada, la manzana, la zanahoria, los cítricos y la piña poseen propiedades antinflamatorias, depurativas o protectoras, entre otras. También los cereales integrales pueden ser muy beneficiosos, porque son fuente de antioxidantes, que ayudan a frenar los efectos del envejecimiento.

5. Adapta los cuidados de la piel a la edad. Las necesidades de la piel evolucionan con la edad: si eres joven, demandará sobre todo hidratación; y conforme se van cumpliendo años, hay que dedicarle más tiempo, cuidados antioxidantes y una buena dosis de nutrición.

6. Fotoprotección durante todo el año. No solo en verano hay que resguardarse de las radiaciones solares, también tienes que tomar precauciones el resto del año y en días nublados. Junto a los correspondientes fotoprotectores de alta graduación y adaptados al fototipo, serán bienvenidas gafas de sol, gorros y sombreros.

7. Vigilar la aparición de manchas. Frecuentemente producidas por una incorrecta exposición al sol, hay que permanecer alerta frente a las pigmentaciones con el fin de evitar su extensión u oscurecimiento. Además, hay que prestar atención a las pecas y lunares y, en caso de percibir variaciones importantes en su tamaño o color, acudir a un dermatólogo.

8. Mimar las manos. La delicada piel de su dorso es una de las partes del cuerpo que más refleja la edad y, si a ello se suma su exposición continua a agentes como el sol, el frío y el agua, es crucial que se hidraten con cremas específicas y se protejan con guantes de las bajas temperaturas.

9. Cuello y escote también existen. Su piel es muy fina y está muy expuesta a las agresiones del entorno. Limpieza, hidratación, nutrición y fotoprotección constituyen de nuevo las claves para que esta parte del cuerpo se mantenga elástica y firme.

10. Ellos, también. Esta no es una cuestión exclusivamente femenina y la población masculina también debe ser consciente de los cuidados precisos para que la salud se refleje en su piel.