En su afán de desenterrar los proyectos pútridos inmobiliarios del Govern de James Matas, a Mio Cid Bauzá sólo le falta reunirse con Santiago Calatrava, el único proveedor de la comunidad que cobró puntualmente porque pactó el precio y condiciones de pago en una cita a solas con el expresident poliimputado. El genial arquitecto de maquetas propondrá al actual president un teatro de la ópera retráctil en el Moll Vell de Palma, donde podrán representarse los montajes favoritos de Berlusconi, desde Infidelio hasta Cosí fan prostitutte. A continuación, le pedirá unos millones de euros por un boceto sospechosamente parecido al Palma Arena.

Y Bauzá pagará, porque el incauto president carece de ingenio para innovar en el diseño de proyectos tan truculentos como irrealizables. Esta semana ha picado con el chusco parque danés, que ya fue arrastrado por una docena de municipios mallorquines. Hasta la apropiación de Magaluf por Escarrer copia la privatización de una sección de la Playa de Palma, solicitada por Marriott años atrás. Ya sabemos que el conseller de Presidencia Antonio Gómez tiene dificultades para localizar IB3 con el telemando pero, ¿no hay nadie en el Consolado del Mar con acceso a Google? El Govern que debe catapultar a Balears al siglo XXII comete errores indignos del siglo XIX. En caso de emergencia, pueden auxiliar al president los doce apóstoles que cargó a Bruselas, para doblegar las espaldas de los contribuyentes.

Es difícil que un president del PP irrite a los empresarios de Balears, pero Bauzá lo logró con insistencia en su intervención ante la Cámara de Comercio. La desocupada institución ha rastreado la anécdota sobre los pagos en la construcción de la Lonja. Tras ardua investigación, resulta que Guillem Sagrera cobró sus trabajos con más puntualidad que Calatrava. Los problemas de sus herederos responden a una ampliación del edificio original. Dado el entusiasmo de Bauzá por reunirse, estaría dispuesto a recibir al mencionado Guillem Sagrera para deshacer el entuerto.

La destitución y restitución del presidente del Colegio de Médicos en una misma mañana tiene más gracias cuando se detalla. A las nueve y media, el traumatólogo Antoni Bennàssar se enfrenta al director del hospital de Inca y al director médico, el mismo Juan Gili que figuraba en la candidatura colegial de García Romanos –responsable de atención primaria– que no le deja dormir. Le comunican que la inspección no ha detectado infracciones irremediables, pero a continuación le entregan una carta del director del Ib-Salut, Juan José Adrenalina Bestard, comunicándole el cese en el servicio de Traumatología por pérdida de confianza.

Se había rumoreado que Bennássar –líder del PP en Consell de dilatada trayectoria conservadora– llamó en su apoyo a Pere Rotger pero, ni corto ni perezoso, el presidente de los médicos se dirigió a Bauzá, ajeno al lance. El president convocó a la contemplativa consellera de Bienestar para que repusiera al traumatólogo. La inhábil Carmen Castro, que lo ignoraba todo sobre el caso y sobre su conselleria, ordenó a Bestard que se desplazara de inmediato a Inca con el renombramiento. Así lo hizo el rector del Ib-Salut, en taxi porque carece de coche oficial. Portaba el sobre que rehabilitaba a Bennàssar. Mientras se entretenían en sus riñas intestinas, los discapacitados se quedaban sin pañales y los infartados sin 061. Bauzá está dispuesto a reunirse con todos los personajes citados, a condición de que se comprometan a presentarle un fantasioso proyecto urbanístico.

El equivalente de la empresa pública Abaqua adquirió notoriedad cuando el conseller pobler Jaume Font la inundó de contratados de Sa Pobla, de sobrada capacitación. Hoy nos preguntamos si es lógico que las secretarias personales del conseller acudan a los consejos de administración a dietas, por mucho que sean más lúcidas que el titular del departamento. ¿Se atreverán a contratar a un asesor institucional sin el preceptivo informe de Presupuestos?

Javier García de Paredes, el director general adjunto de Novacaixagalicia que sólo recibió cinco millones y medio de euros de liquidación, ha sido localizado en Mallorca. Sus niveles salariales no implican que vaya a ser fichado por Sa Nostra, pero es curioso que nadie haya reclamado publicidad para las indemnizaciones libradas por la caja balear. Tal vez el PSM podría hacerlo. Entretanto, el PP revisa puntillosamente hasta la última factura cobrada durante el Pacto de Progreso por la pareja sentimental de Francina Armengol, el jardinero Joan Nadal homenajeado en esta misma página por Ramon Socias.

Pere Rotger –presidente del Parlament–, Mabel Cabrer –portavoz del PP– y María Salom –presidenta del Consell Inmobiliario de Mallorca– votarán la desprotección del enclave andritxol de Cala Blanca en la cámara autonómica, por lo que es un excelente momento para mostrarlos risueños y agarrados a la pancarta que celebraba in situ la protección de Cala Blanca. El PP castellanobalear engaña sin perder la sonrisa.

Las guerras entre inmobiliarias no sólo se libran sobre el terreno. First Mallorca ha demandado judicialmente a Matthias Kühn por supuesta utilización de su material fotográfico. Algún día les contaré mi primer reportaje sobre mi tocayo, pero hoy prefiero no meterme en querellas. Pau Collado, la aportación mallorquina más rutilante al caso Gürtel y buen amigo de Mariano Rajoy, participa en una comida de jóvenes empresarios locales, porque todo se pega.

Reflexión dominical esperanzada: “Siempre hay una última vez”.