No le ha pillado por sorpresa. Otra cosa muy distinta es cómo le ha sentado el modo por el que se ha enterado Lluís Llongueras de que su hija le había despedido. "A través de un burofax no es la manera", consideró. Después del revuelo que se ha creado en torno a este sonado despido, el protagonista de la historia, por fin, ha hablado. Lo hizo en Valencia, mientras paseaba por la terraza principal justo antes de participar en el congreso Secretos de boda, donde ofreció una conferencia sobre consejos de peluquería para novios y novias.

"Ha salido gente diciendo que era mi portavoz y no es verdad. Me han ofrecido mucho dinero para ir a programas de televisión, pero lo he rechazado. Esta es la primera vez que hablo de este asunto. A mí no me representa nadie. Me gusta dar la cara", sostuvo. Y darla, la dio, porque contó que la relación con esa parte de su familia "hace varios años que no existía", por lo que sí se esperaba que su propia hija le despidiera de la sociedad de la que ella es administradora, Peluquería y Maquillaje S.A. No obstante, tildó de "error" que le llegara tal noticia por burofax. "Yo he despedido a gente, pero nunca de esa manera", confesó el estilista en un tono natural, pero convincente.

"Es un error del jugador"

Llongueras utilizó la metáfora del ajedrez y habló del "error del jugador", refiriéndose inequívocamente a su hija. "No me han dado el jaque mate porque la marca Llongueras es mía y, por lo tanto, no tengo ninguna preocupación", apuntó. Burofax aparte, el estilista catalán insistió en quitarle hierro al hecho del despido en sí, y lo tomó como "un granito de arena en todo un desierto".

En esta línea, indicó que se trata "solamente de un incidente sin ninguna importancia que se remonta a un problema familiar que viene de cuando me separé de mi primera mujer", manifestó Lluís Llongueras.

"Me va muy bien"

El conocido estilista atiende a la fotógrafa con total dedicación, pero no deja de hablar mientras posa bajo un sol poco propio del mes de octubre. "Mis negocios van muy bien y este tema sólo afecta a una empresa que trabaja con mi nombre", continuó.

De hecho, Llongueras hizo especial hincapié en este aspecto, es decir, en que una cosa son los asuntos familiares y otra bien distinta los negocios, porque estos últimos le van viento en popa o, al menos, eso es lo que afirmó una y otra vez. "Lo que ha sucedido no cambia nada de nada en el mundo de mis negocios", recalcó, al tiempo que dejó bien claro que "la marca Llongueras es mía y tengo un buen número de salones".

Sin abandonar su visión de negocios, Lluís Llongueras aseguró que está "en el mismo sitio de siempre" y mantuvo con firmeza que su futuro "está asegurado como siempre".

A pesar de que el estilista repitió en varias ocasiones que el famoso despido ya se lo esperaba y destacó que no ha afectado a sus empresas, confesó que ante tal expectación se escapó a Andorra, "para dejar que pasara el fuego de los primeros días", indicó. Viajó hasta el Principado intentando alejarse del foco de la polémica, pero también aprovechó para hacer unas compras. "Compré varias cosas, entre ellas, la camisa que llevo hoy puesta". "Es original, ¿no?", preguntó.