La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, ha demostrado que puede perder los nervios cuando alguien, en lugar de "su opinión", le pregunta por la de... su esposo, el ex presidente Bill Clinton.

Un error en la traducción de la pregunta de un estudiante congolés refiriéndose a "qué piensa el Sr. Clinton..." provocó una respuesta poco diplomática que, grabada en vídeo, daba ayer la vuelta al mundo.

La Secretaria de Estado, de gira oficial en África, visitó la República Democrática de Congo (RDC) y, en un encuentro con ciudadanos congoleses, un estudiante le preguntó, mediante una intérprete, por la opinión del "señor Clinton" sobre un contrato comercial de China con ese país africano.

La jefa de la diplomacia estadounidense, que había escuchado al estudiante asintiendo con la cabeza –un gesto muy suyo–, demostró que no daba crédito a lo que oía cuando la traductora le dijo en inglés lo que, supuestamente, había preguntado el muchacho.

Hillary se quitó los auriculares y, con cara estupefacta, miró durante unos minutos incrédula a la moderadora. Reaccionó como nadie esperaba.

Claramente irritada por una supuesta confusión con la "portavoz" de su esposo, el ex presidente Bill Clinton, la secretaria de Estado, con gestos y una postura corporal que no se ajustan precisamente al comportamiento al uso entre la elite del poder en Washington, espetó al estudiante: "¿Quieres que te cuente lo que piensa mi esposo?".

"¡Mi marido no es el Secretario de Estado, yo soy la Secretaria de Estado!", afirmó. "Si quieres mi opinión te la daré. (Pero) no voy a hablar por mi esposo", agregó Clinton.

Lo malo, es que Hillary se podía haber ahorrado este incidente y el pobre estudiante el mal rato dado que, aparentemente, la intérprete cometió un error de traducción y el congolés quería en realidad saber lo que pensaba el presidente de EEUU, Barack Obama, de dicho acuerdo comercial.

Fuentes del Departamento de Estado indicaron posteriormente a los periodistas que viajan con Hillary Clinton que el estudiante se acercó después a la Secretaria de Estado y le explicó que fue citado incorrectamente por la intérprete.

La ira de Hillary se manifiesta después de que Bill Clinton acaparara la atención la semana pasada con sus gestiones para la liberación de dos periodistas estadounidenses presas en Corea del Norte, justo cuando su esposa se encontraba de gira por siete países africanos, lo que provocó que muchos reporteros la bombardearan con preguntas sobre la misión de su marido.