La tormenta financiera que ha sacudido al touroperador Thomas Cook arrasará medio millar de puestos de trabajo en el Reino Unido. Los directivos planean una reestructuración radical del negocio después de haber llegado a un acuerdo con sus acreedores, publica el rotativo The Sunday Times.

Después de renegociar sus créditos tras experimentar un deterioro en sus cuentas en los últimos diez meses, planea rebajar sus costes y vender cientos de millones de libras en activos para reducir su deuda, cifrada en 1.000 millones de libras (1.166 millones de euros).

Esa reestructuración comenzará en un plazo de dos semanas, cuando la empresa anuncie el cierre de 200 de sus 1.100 agencias de viaje en el Reino Unido, lo que supondrá la eliminación de un millar de puestos de trabajo.

El grupo se desplomó la pasada semana en la Bolsa y sus títulos cayeron más de un 75 por ciento en el mercado londinense por el temor de los inversores a una posible quiebra. Pero del mismo modo que el mercado retiró su confianza al gigante turístico, se la devolvió ayer parcialmente. Las acciones de Thomas Cook Group subieron hasta un 21% en una sola jornada.

Las turbulencias en el parqué se han trasladado a la calle. "Las reservas han descendido un 30%. El retroceso podría haber sido mucho mayor si los clientes no nos hubieran mostrado lealtad", explicó a la BBC el presidente ejecutivo en funciones, Sam Weihagen.

TUI ataca en prensa

Entretanto, los competidores tratan de sacar tajada. TUI Travel, dueño de las marcas Thomson y First Choice, principales rivales en el Reino Unido, intenta menoscabar a Thomas Cook a través de la publicidad. Ha insertado anuncios en los periódicos nacionales con el siguiente mensaje: "Otra agencia de viajes puede estar experimentando turbulencias, pero nosotros estamos en muy buena forma".

Thomas Cook espera recuperar la calma después de sellar un acuerdo con sus bancos por el cual le proporcionarán financiación por valor de 200 millones de libras esterlinas (unos 232 millones de euros), lo que fortalecerá "de manera significativa" su posición financiera.

La compañía, que lleva más de 22 millones de personas de vacaciones cada año, pidió a sus acreedores otra tregua, la segunda en menos de cinco semanas. A cambio de un respiro, el touroperador se desprenderá de activos como hoteles. De momento, ya se ha hecho pública su intención de vender cinco alojamientos que posee en Balears y Andalucía. Estos establecimientos podrían ser adquiridos por su socio, la cadena mallorquina Iberostar.