Ciencias Planetarias / Astrofísica

Podríamos crear nuevos mundos habitables moviendo planetas de lugar

Esta estrategia podría haber sido aplicada previamente por otras civilizaciones avanzadas: identificarla nos serviría además para descubrir vida extraterrestre

Recreación artística de un escenario con innumerables exoplanetas reubicados en una zona habitable de un sistema estelar.

Recreación artística de un escenario con innumerables exoplanetas reubicados en una zona habitable de un sistema estelar. / Crédito: NASA/JPL-Caltech.

Pablo Javier Piacente

No sería necesario crear complejas megaestructuras para "proteger" la zona habitable de un sistema estelar y así permitir la supervivencia de una civilización o su expansión cósmica: solamente se necesitaría "mover" planetas hacia el sector habitable, en nuestro caso del Sistema Solar, mediante poderosos láseres.

En 1960, Freeman Dyson propuso cómo las civilizaciones avanzadas podrían crear megaestructuras que encerraran su sistema, permitiéndoles aprovechar toda la energía de su estrella y multiplicar el espacio habitable que podían ocupar. El concepto derivó en la llamada "esfera de Dyson", una hipotética solución frente a un momento en que la humanidad necesitara nuevos espacios habitables o buscara expandirse en el cosmos. 

Ahora, un nuevo estudio publicado recientemente en arXiv por investigadores del Instituto Indio de Astrofísica y la Universidad Christ, ambos con sede en Bangalore, propone que esto se podría lograr con mayor facilidad: utilizando láseres de extrema potencia, sería factible trasladar planetas y otros cuerpos hacia la zona habitable del Sistema Solar, creando de esta forma nuevos mundos aptos para la vida. 

Una solución más simple

Además de una solución para la humanidad, la propuesta también serviría para buscar otras civilizaciones avanzadas en el cosmos, identificando este tipo de modificaciones en la ubicación de planetas. En otras palabras, se podrían rastrear las "huellas" de los cambios realizados y la existencia de distribuciones anómalas de los planetas en un sistema estelar, que certificaran un diseño "artificial", como por ejemplo una extrema cercanía entre ellos.

De acuerdo a un artículo publicado en Universe Today, las ideas de Dyson fueron propuestas en un momento en que los astrónomos desconocían la abundancia de exoplanetas en nuestra galaxia. El primer exoplaneta confirmado se descubrió en 1992: actualmente el número ha trepado a 5.514, y promete seguir aumentando a partir de las nuevas tecnologías de observación.

Teniendo en cuenta esto, los científicos a cargo del nuevo estudio idearon una alternativa al concepto de megaestructura desarrollado por Dyson, que por ejemplo proponía "sacrificar" al planeta Júpiter para utilizar su masa en la creación de una "biósfera artificial", capaz de proteger y aislar a la zona habitable del Sistema Solar. 

Según los investigadores indios, para las civilizaciones avanzadas que buscan más espacio para expandirse, tomar planetas dentro de su sistema estelar, o capturar cuerpos que flotan libremente por el espacio, como los exoplanetas nómadas o "rebeldes", y transferirlos a la zona habitable circunsolar (HZ) de su estrella, es una solución mucho más simple y menos destructiva.

Problemas técnicos

Los especialistas también remarcaron que un concepto como la esfera de Dyson requeriría utilizar todos los planetas interiores y algunos de los planetas exteriores de nuestro sistema, destruyendo así por completo el Sistema Solar tal como lo conocemos hoy, incluyendo a la Tierra con su biósfera única. 

Además, como en nuestro Sistema Solar la gravedad de Júpiter desvía los asteroides, disminuyendo la posibilidad de colisiones con la Tierra, el esquema de Dyson crearía un esfera muy inestable y propensa a sufrir permanentes desequilibrios, por ejemplo ante el impacto de meteoritos y otros fenómenos similares. 

Los científicos también argumentan que encerrar una estrella como nuestro Sol en una esfera concentraría todo el viento solar en su interior, provocando la desaparición de la heliosfera y exponiendo a la megaestructura a niveles elevados de rayos cósmicos, algo que generaría múltiples inconvenientes y hasta la haría inhabitable.

Mundos de servicios especializados

En la investigación, los especialistas intentan demostrar cómo planetas ricos en agua como Marte o Plutón, o muchos objetos transneptunianos helados (TNO), podrían desplazarse a la zona habitable del Sistema Solar, utilizando potentes dispositivos de láser. Estos láseres tendrían que estar en el rango de potencia Zetawatt o Etawatt: según los científicos, algunos de ellos ya se utilizan para la investigación de la fusión nuclear

Según sus estimaciones, la potencia y la energía total utilizadas serían menores que las necesarias para desintegrar Júpiter y construir una esfera Dyson. Considerando que los astrónomos estiman que podría haber al menos 100 mil millones de planetas en nuestra Vía Láctea, y hasta un billón de planetas flotantes libres (FFP) o “planetas rebeldes” en la galaxia, el material disponible sería prácticamente interminable.

Si estos planetas pudieran trasladarse a la zona habitable de una estrella, aumentaría exponencialmente el territorio a través del cual una civilización podría expandirse. Al mismo tiempo, una civilización avanzada también podría importar nuevos planetas según sea necesario, o designar distintos cuerpos planetarios para diferentes propósitos, como verdaderos "mundos de servicios" completamente especializados.

Buscando sistemas planetarios extraños

Por último, los investigadores resaltaron que su nuevo concepto puede ser útil para buscar civilizaciones alienígenas: si los planetas están dispuestos de manera extraña en un sistema, entonces podríamos considerar que estos "arreglos inusuales" fueron hechos intencionalmente por una civilización extraterrestre, que ha alterado la mecánica orbital de estos mundos.

Por ejemplo, los científicos explican que los sistemas planetarios como Kepler-20 o TRAPPIST-1, donde muchos planetas rocosos de baja masa similares a la Tierra están dispuestos cerca de su estrella, a una distancia menor que la órbita de Mercurio, son un posible indicio de una astroingeniería extraterrestre.

Referencia

Making Habitable Worlds: Planets Versus Megastructures. Raghav Narasimha, Margarita Safonova and Chandra Sivaram. arXiv (2023).