El Sa Pobla Bàsquet estrena esta temporada un gran mural en el que se resalta un decálogo de valores que el club blaugrana quiere impulsar para que todos los integrantes de la entidad, especialmente los padres, lo cumplan y prime la deportividad en sus partidos y entrenamientos. Una de sus impulsoras es la directiva Esther Izquierdo (Sa Pobla, 1972)
P ¿Cómo nace esta iniciativa?
R De nuestro presidente, Rafel Crespí, que nos lo propone en una reunión de la junta directiva. La reacción de todos fue muy positiva. Se trataba de dar un paso adelante en la filosofía del club. Los valores que lleva implícito el deporte nos muestran la esencia del instinto constante de superación y son el mejor espejo donde nuestros jóvenes pueden verse reflejados.
P Un decálogo de buenas formas y valores, ¿se quedan cortos con diez o es suficiente?
R Cuando hablamos de la educación en valores, sobre todo en el ámbito deportivo donde el espíritu competitivo se puede llevar a límites no deseables, nunca es suficiente. Pero diez es un número redondo y, aunque siempre se pueden añadir más, creemos que en estos valores se resume el ideal de club que queremos alcanzar. Todo se resume en intentar dar lo mejor de uno mismo siendo respetuosos con los demás y con nosotros en todo momento.
P ¿Tan mal estamos que a los padres y aficionados se les tiene que recordar lo que pueden y no deben de hacer?
R No nos hemos planteado esta iniciativa como un recordatorio de comportamiento debido a que nuestros padres y nuestra afición no cumpla estos valores, todo lo contrario, creemos que tenemos una afición muy respetuosa con la comunidad deportiva. Se trata sólo de dejar constancia de cuál es el camino que nos hemos marcado y de cuál es nuestra filosofía de club.
P ¿Y el que no lo cumpla?
R No hay peligro de que esto se produzca porque con este decálogo no hemos 'inventado' nada que no se estuviera haciendo ya. ¿De verdad alguien puede pensar que haya quien no esté dispuesto a cumplirlo?
P ¿Los padres son, en ocasiones, un lastre necesario en el deporte?
R No, de ninguna manera. Los padres son una pieza muy importante en el crecimiento deportivo del jugador. Sin el apoyo de los padres la formación en valores de los jóvenes queda coja. Pero, para que esta tarea educativa sea efectiva, todos deben ir unidos, con una misma filosofía de club y con los mismos valores.
P ¿Destacaría algún punto en especial?
R Todos los valores son importantes porque, además, van íntimamente ligados, pero, si tuviera que destacar alguno, personalmente me quedaría con dos: respeto a todos y déjame divertirme con los amigos. Tanto desde la grada como desde la pista debemos tratar con educación a todos, debemos pensar que las personas que están en el terreno de juego son niños y los debemos enseñar, dando ejemplo, a jugar y a competir siempre con educación y respeto hacia el adversario.
P El club crece año tras año, ¿cuál es su secreto?
R Creo que es el trabajo que desde hace muchos años han hecho y hacen un grupo de gente muy implicada con este club. Cada temporada tenemos nuevas incorporaciones que siempre llegan con mucha ilusión y ganas de trabajar. Todo esto ha dado y está dando sus frutos. Un aspecto importante es que este año tenemos un buen número de jugadores que además realizan tareas de ayudantes de entrenadores, monitores de guardería y responsables de mesa en los partidos no federados. Produce mucha satisfacción tener siempre gente dispuesta a dar una mano cuando es necesario y que cuando la junta directiva ha pedido colaboración, en la medida de sus posibilidades, los miembros que integran nuestra gran familia deportiva ha sabido estar a la altura.
P ¿Cómo está el baloncesto en la zona norte de Mallorca?
R Desde hace unos años el baloncesto en la zona norte está creciendo mucho en cantidad de equipos en los clubes y también en calidad. Se está haciendo muy buen trabajo y esto da su fruto en las pistas de juego. Desde aquí quiero animar a todos a hacer posible que esto continúe así. Poco a poco, pero con paso firme, los esfuerzos invertidos tienen su recompensa.
