Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ensayo

Lo difícil que es ser Proust

Marcel Proust.

Todos los que carecen de imaginación se ocultan en la realidad, dice Jean-Luc Godard. Ese "ocultarse" supone renunciar a la voz propia como una posible voz diferenciadora. Supone dar paso a la realidad como parapeto ante la incapacidad para el riesgo o su renuncia calculada. En este ensayo, Vicente Luis Mora le ha leído la matrícula a la narrativa española actual que carece o renuncia a la ficción para ocultarse en una literatura autobiográfica o "basada en hechos reales" acorde con los vientos que soplan en el mercado. Ya había hecho algo similar en la antología La cuarta persona del plural (Vaso Roto, 2016), una revisión de la poesía española actual bajo el prisma de la excelencia en un recorrido transversal por diferentes tendencias y estéticas. Y lo ha vuelto a hacer en La huida de la imaginación, esta vez para revolver en la novela española actual y atreverse de nuevo a establecer criterios de valor, de jerarquía, de acuerdo a una contundente premisa que va en contra de la tendencia acrítica actual: no todo vale lo mismo.

En un artículo dedicado al libro No te conozcas a ti mismo (KRK, 2015) de Moisés Mori, Vila- Matas celebraba la apuesta del mismo por la creación de segundas vidas de personajes reales y concluía que la "realidad", siempre entrecomillada, se descifra mejor a través de la ficción: "Recuérdese que Montaigne, Cervantes, Kafka, lucharon contra cualquier forma de impostura en un épico combate de evidente acento paradójico, pues vivieron anegados hasta el cuello en el mundo de la ficción. Ese recuerdo convierte en aún más cargante el artificial descrédito actual de las tramas y las vidas imaginarias". La ficción no es un condado antiguo, es el bosque que oxigena a la literatura, porque la narración autobiográfica o "basada en hechos reales" también es ficción, pero sin imaginativa, sin ese esfuerzo ralentizado en el tiempo que mediante una mezcla de memoria, inteligencia y talento sirve para diferenciar una voz.

VLM comienza este ensayo negando la mayor: el relativismo posmoderno impide decir que unas cosas son mejores que otras, nos empuja a pensar que todo vale y que, en términos estéticos, todo vale lo mismo.

Efectivamente, si bajamos a ras de suelo parece que la deriva actual va en una dirección igualitaria que diluye el criterio de jerarquía y, más que igualar, tiende a no mojarse y a evitar criterios de valoración en beneficio de un mercantilismo que globaliza toda manifestación cultural en un plano horizontal y logra así obtener máximo rendimiento de lo que ha sido elaborado al sol que más calienta sin ningún tipo de exigencia.

Para establecer un criterio valorativo en la literatura, y ante la tendencia dominante del mercado como valor referencial sin una crítica visible que lo rebata, es necesario reformular qué entendemos (o qué seguimos entendiendo) por eso mismo, por literatura. Una de las virtudes de VLM es que ha sabido activar la crítica literaria española a base de mojarse, de tomar partido, y de hacerlo a base de argumentos amparados en una sólida formación teórica que se reactiva y se pregunta a sí misma constantemente por medio de la lectura (su blog "Diario de lecturas" es todo un referente). Eso le convierte en vulnerable porque hay una voz personal que no se oculta. Sus razonamientos y, sobre todo, sus juicios de valor, inherentes a una actitud crítica responsable con su cometido, quedan expuestos no ya a la discusión o matización en las mismas condiciones, lo cual es saludable, sino a la posibilidad de que se saquen de contexto sus valoraciones, se utilicen como llamativos titulares y sean objeto de una manipuladora lectura a la baja, como ha ocurrido en ocasiones anteriores.

De cualquier modo, La huida de la imaginación no ahorra nombres y ejemplos

Compartir el artículo

stats