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Cine

Del cielo y más allá

La historia de como unos juguetes revolucionaron la industria del cine

Steve Jobs.

La fascinación por la figura y el legado de Steve Jobs es inagotable. Su presencia mediática, también después de su muerte ocurrida en 2011, sigue ampliando su leyenda. A los reportajes, ediciones y películas de ficción y documentales habida sobre su personalidad y su ideario revolucionario, acaba de añadirse un nuevo relato, la creación y puesta en marcha de Pixar, la productora que cambió el cine de animación.

Jobs adquirió Pixar a Lucasfilms, la empresa que editaba los efectos especiales de George Lucas, entre ellas Stars Wars. Esta adquisición la hizo Jobs cuando fue despedido de Apple y con ese dinero inició NEXT i se quedó con Pixar como único accionista. Este es el inicio del libro que acaba de publicar la editorial Deusto escrito por el británico Lawrence Levy, contratado por Jobs para hacer de Pixar una empresa rentable, esa que revolucionó y reinventó la industria del cine.

Así inicia Lawrence Levy la década que vivió con Steve Jobs con el objetivo de convertir Pixar en una empresa, un negocio que fuera rentable, muy rentable. La historia que nos cuenta Levy es un pequeño manual de como funciona Silicon Valley y, por extensión, los negocios del cine y Hollywood. Con sencillez y agilidad, Levy no adentra en las procelosas aguas de una empresa que no generaba beneficios y que tenía en su único accionista, Steve Jobs, el dueño de una empresa por la que no tenía el más mínimo interés.

Desde su llegada a Pixar hasta la consecución del objetivo, Levy explica (hasta donde el sentido común y la inviolabilidad de los procedimientos le permite) como se está haciendo a la idea de que manera funciona una empresa tecnológica que se mantiene gracias a los ingresos semanales que proporciona su único accionista que está empeñado en sacar su empresa en bolsa.

Lejos de un aburrido manual, el nuevo director financiero de Pixar, nos introduce en el pantanoso mundo de los negocios sin dejar de contar detalles como su relación con Jobs, las dudas sobre su nuevo trabajo expresadas a su familia, sus encuentros nada amistosos con los empleados, que no quieren ver a Jobs por los estudios, sus disputas con Disney a propósito del contrato de distribución de Toy Story y tres películas más, sus temores ante el desconocimiento de como funciona el mundo del cine o sus intensas reuniones con los abogados para sacar Pixar de la ruina y llevarla a los beneficios.

Con todo, su relación con Jobs es la parte sustancial del libro. Una frase define su impresión tras la primera entrevista de trabajo y conocedor de la habilidad de Jobs para hacer creer a los demás cualquier cosa ¿Y si todo era un "campo de distorsión de la realidad"? Otro punto conflictivo era resolver la promesa que había hecho a los empleados de la entrega de acciones de la empresa cuando ésta entrara en bolsa. Levy cuenta como ese fue uno de los aspectos más críticos de su relación y como resolvió la situación, aunque no a plena satisfacción.

Como ya es sabido, el éxito de la empresa hizo millonarios a su principal accionista, Steve Jobs y al resto de su equipo técnico y administrativo. Prudente en sus comentarios sobre el entorno humano de Hollywood y en sus comentarios económicos, Levy nos cuenta esos maravillosos años que pasó en Pixar y que, por supuesto, a él también le hicieron millonario.

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