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Narrativa

De la mente al cosmos

La Teoría de la Relatividad contada por el físico Roberto Emparan

Roberto Emparan.

Si hubiese que señalar un logro paradigmático del misterio que supone la capacidad de la mente humana para comprender y descifrar la realidad, es probable que el mejor referente sea la Teoría de la Relatividad. A principios del pasado siglo, un joven Albert Einstein se ensimismaba durante sus jornadas laborales en la oficina de patentes de Berna. Con su mente como única herramienta científica, indagaba sobre la naturaleza del espacio y el tiempo, utilizando como guía una poderosa intuición y las matemáticas como forma de expresión de las ideas. Entonces Einstein ni siquiera intuía que acabaría por desentrañar un secreto que cambiaría para siempre nuestra concepción del Universo y que, de manera reiterada, la naturaleza se encargaría de corroborar. Mucho menos sospechaba que 1.300 millones de años antes de que el propio científico naciera, dos agujeros negros en una región remota ejecutaban la danza final antes de fundirse en uno. Y la música de aquel "romance" abriría una ventana revolucionaria en la exploración del cosmos mucho después de que Einstein muriese, pero gracias al edificio que él levantó.

El físico teórico Roberto Emparan (Bilbao, 1967) conduce al lector de la mano, con suavidad y cariño, a través del complejo mundo de la Teoría de la Relatividad en su libro Iluminando el lado oscuro del Universo. En él aborda no sólo una introducción amable y para todos los públicos sobre el endiablado concepto del espacio tiempo, sino también una somera biografía de Albert Einstein y un relato sobre la evolución de la Física en aquellos trepidantes años en los que se forjaban nuevas revoluciones científicas. Pero la razón de ser del libro, que ocupa casi la mitad del volumen, es divulgar de un modo razonablemente sencillo qué son las ondas gravitacionales, cómo fue su lenta pero certera caza y por qué suponen un hito para la exploración humana del cosmos.

Emparan se mantiene fiel a la máxima que señala que cada ecuación científica en un libro de divulgación resta lectores y opta, con acierto, a condensar en un suplemento de 16 páginas una aproximación más detallada a algunos de los conceptos, aunque también de una forma asequible para cualquier lector. Sólo se concede mostrar la ya popular expresión que vincula la energía y la masa (E=mc2) y señalar la relación entre curvatura del espacio tiempo y el movimiento y distribución de la materia que John Wheeler expresó en palabras magistralmente con su sentencia de que "el espaciotiempo dice a la materia cómo moverse; la materia dice al espaciotiempo cómo curvarse". Con un ritmo ágil, Emparan relata la historia del nacimiento de la Teoría de la Relatividad, un descubrimiento que "tiene muchos de los rasgos de las epopeyas clásicas en las que un héroe singular realiza un viaje transformador". El camino de la que ha sido "una de las mayores odiseas intelectuales emprendidas por un hombre" partió de la reflexión sobre hechos que estaban al alcance de todos los científicos del tiempo de Einstein, pero que él abordó desprendiéndose de prejuicios y guiado por una idea vertebradora: el "principio de equivalencia" que establece que "en la naturaleza ha de ser imposible distinguir entre la caída libre y la ausencia de gravedad, entre la aceleración y el peso".

Fue este un concepto más amplio que el que ya guió a Einstein cuando formuló las bases de la teoría especial de la Relatividad, al comprender que los observadores inerciales (que se mueven a velocidad constante unos de otros) no deben percibir leyes físicas distintas y que extender el concepto de la relatividad galileana al electromagnetismo conducía inequívocamente a considerar que el tiempo y el espacio son un todo real y geométrico. Pero sin duda el propósito de Iluminando el lado oscuro del Universo es acercar al lector el hito que supuso la detección por el experimento LIGO de la vibración espaciotemporal causada por el colapso de dos agujeros negros y que fue la primera constatación de las tan buscadas ondas gravitacionales, ante las que Einstein mantuvo posiciones contradictorias, aunque su propia teoría las anticipase. Fueron una más de las nuevas realidades que mostraba la Teoría de la Relatividad y a las que su creador se resistía, como la existencia de los agujeros negros o la expansión del Universo. Las ecuaciones de Einstein acabaron por ser "más sabias que su descubridor", como señaló el físico Heinrich Hertz al referirse a las del electromagnetismo, sin que eso reste un ápice del valor de su logro: "Abrió el paso a un territorio tan grandioso e inaudito que hasta él mismo se desorientó al entrar allí", refiere Emparan.

El viaje del libro incluye una completa descripción del experimento LIGO, cuyo éxito le valió el premio Nobel y el Princesa de Asturias a la "troika" al mando (Rainer Weiss, Barry Barish y Kip Thorne), de las casualidades que dieron pie al descubrimiento y de los complejos mecanismos de contraste para verificar el hallazgo. Y concluye señalando los interrogantes que las ondas gravitacionales pueden ayudar a resolver, como la naturaleza de la materia y energía oscuras o el íntimo sustento cuántico del espaciotiempo que, quizás, en algún momento del futuro lleguemos a descubrir. Sería ese el premio a un viaje fascinante: el que llevó de la mente de un físico en una oficina de Berna al dominio de los secretos del Universo.

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