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Narrativa

El pistolero cuerpo a tierra

Oportunidad para descubrir al mejor Jean-Patrick Manchette, un autor influido por los situacionistas que consideraba la novela ´negra´ como ´la gran literatura moral´

El pistolero cuerpo a tierra

Un asesino profesional algo ingenuo está decidido a salir del juego y volver con su novia de la infancia que prometió esperarle diez años. Pero sus jefes tienen otros planes para él. Pronto comprueba cómo decir "lo dejo" no significa retirarse. La acción se dibuja dentro de una red de intriga violenta, idas, venidas, de París al sudoeste francés, venganzas, etcétera, dejando tras sí un reguero de cadáveres. El tejido aparentemente es el de una trama clásica de suspense. Nada más lejos sin embargo; el encargado de tejerla, Jean-Patrick Manchette (1942-1995) ya le había dado un vuelco a la novela negra cuando escribió La position du tirer couché (1982), que se ha traducido ahora al español como Caza al asesino por culpa de la nueva película que supuestamente se ha inspirado en ella. Digo supuesta y sorprendentemente porque cualquier parecido podría ser fruto de la alucinación.

Manchette definió la novela negra como la gran literatura moral de nuestro tiempo. Mientras los especialistas estadounidenses rastreaban la corrupción de las almas en la jungla de asfalto, él y otros escritores franceses se apoderaban del género como una forma de atacar el sistema que propició esa jungla. Aunque no son precisamente elevadas las cuestiones morales que se destilan en esta historia del pistolero cuerpo a tierra o El asunto N´Gustro, inspirado en el secuestro de Ben Barka en París y la obra con que se reveló como un autor distinto a lo que hasta entonces se conocía. De hecho Manchette, enseguida fue reconocido como el hombre que salvó al polar francés del letargo apolítico en que había caído desde mediados de la década del siglo pasado. En último caso y agitado en una coctelera, sería el resultado de mezclar a un entusiasta de Hammet con Guy Debord. Los situacionistas influyeron poderosamente en Manchette. El capitalismo consistía para ellos en simples negocios y la vida se había reducido a un espectáculo donde los trabajadores eran meros consumidores. Para combatir esto, buscaron la movilización: sacudir a la gente, hacerla pensar y actuar. En lugar de un mundo petrificado, persiguieron la deriva y el détournement: la distorsión del significado de algunas de las figuras u objetos creados por el sistema. Apoyaron el vandalismo, las huelgas salvajes y el sabotaje como una forma de destruir el espectáculo capitalista y la economía de mercado. Pronto los neopolares de Manchette fueron vistos como cargas de dinamita en el corazón de la bestia. Desde la perspectiva actual, resulta un poco exagerado.

Entre 1971 y 1982, Manchette escribió diez novelas de la serie negra para Gallimard. Algunas de ellas fueron llevadas al cine por directores familiarizados con el género, entre ellos Claude Chabrol. En Le Petit Bleu de la Côte Ouest (Balada de la Costa Oeste) (1976) profundiza en la presión que sufren los ejecutivos. Georges Gerfaut, el protagonista, es testigo de un crimen y, a partir de ese momento, se convierte en objetivo de los asesinos. La tensión domina el cuadro poblado de amarga melancolía, ansiedad y jazz west coast. En Nada (1972) se ocupa del secuestro de un embajador norteamericano por un grupo de anarquistas y, a la vez, analiza las consecuencias trágicas del terrorismo. Siempre un trasfondo político.

Pero de todas ellas probablemente la mejor sea La position du tirer couché en la que al autor, por mucho que lo intenta, le resulta imposible despojar a su protagonista, Martin Terrier, de humanidad. Tras su paso como mercenario en África, Terrier trabaja como asesino a sueldo para un equipo de la CIA. El título -no el que conocemos en España gracias a una traducción absurda- se refiere a la posición de disparo preferida por el pistolero, pero también indica cierto desamparo existencial. Nuestro hombre es un idealista no demasiado inteligente. Su plan ha sido hacer dinero para retirarse, volver a la ciudad donde creció del lado equivocado, hijo de un camarero alcohólico, y reclamar a su novia quien, en un momento de euforia, prometió esperar diez años por él. No les cuento más.

Naturalmente nada es lo que parece y mucho menos lo que Terrier confía hallar después de tanta ausencia. Como escribe Manchette: "A veces sucede esto: es invierno y de noche; un viento glacial que procede directamente del Ártico se ha precipitado por el mar de Irlanda, ha barrido Liverpool, corrido a través de la llanura de Cheshire, donde los gatos encogen las orejas al oírlo silbar y pasar; ese viento helado ha cruzado Inglaterra y atravesado el estrecho de Calais, ha sobrevolado las llanuras grises y acaba por golpear directamente los cristales del pequeño apartamento de Martin Terrier, pero esos cristales no vibran y ese viento ha perdido su fuerza. Esas noches Terrier duerme en silencio. En su sueño acaba por adoptar la posición del cuerpo a tierra". Memorable.

JEAN-PATRICK MANCHETTE

Caza al asesino

Traducción de Joaquín Jordá

ANAGRAMA, 192 PÁGINAS, 14,90 ?

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