El edificio proyectado en la calle Arxiduc Lluís Salvador de Palma consta de cinco plantas y un sótano. Con un ancho de fachada de poco más de 8 metros y una profundidad edificable de 13 metros se distribuyen tres viviendas y dos plantas de aparcamiento. En la fachada principal, chapada en piedra de Santanyí y rematada con un alero superior, se le ha abierto una matriz de huecos rectangulares verticales de 60 cm de fondo, buscando una reinterpretación de las fachadas tradicionales, de muros gruesos y una distribución muy racional de los huecos.
En la planta baja del aplacado de piedra de Santanyí remata el techo del porche de acceso. La fachada de la planta baja es un frente totalmente ciego de madera con el que se resuelven los dos accesos rodados y el peatonal, con una abertura lateral de vidrio que da luz a este último acceso.
La piedra de Santanyí reviste las paredes de la entrada del edificio, consiguiendo una continuidad entre el porche interior y la entrada. La fachada posterior del edificio no sigue los criterios de la fachada principal, dado que su entorno nada tiene que ver con el de la calle. Con el objetivo de proteger las viviendas de las vistas externas y buscando un dinamismo del que normalmente carecen estas fachadas, se proyectaron unos elementos metálicos inspirados en los recercados tradicionales que se pintaron del mismo color que la fachada.
El edificio consta de dos cubiertas ajardinadas, una en la parte del techo de la planta baja que queda fuera de la profundidad edificable y otra en la azotea del edificio. De esta manera el edificio crea su propio paisaje en el entorno urbano. En el interior las viviendas se organizan con los espacios principales hacia la fachada principal y los secundarios hacia la fachada posterior.
