No saber aprovechar el sol de Mallorca es un pecado. Por ello, la casa que les presentamos esta semana es una vivienda que sabe aprovechar la luz natural, con grandes ventanales y una distribución pensada específicamente para ello. Se encuentra en la localidad calvianera de Santa Ponça, y cuenta con unas envidiables vistas al mar. Sus 485 metros cuadrados se dividen en 4 habitaciones y 4 baños, unas estancias a las que hay que añadir una moderna cocina, un gimnasio, así como una zona de spa con sauna, una piscina de agua salada en voladizo y un aparcamiento privado para dos coches.
Se trata de un hogar de espacios diáfanos, cuyas instalaciones disponen de un ascensor y de un sistema de automatización de la casa. Se ha optado por materiales nobles, principalmente con suelos de parquet dentro de la vivienda y fuera de la casa con tarimas de madera. Se han priorizado las tonalidades claras (blanco y marfil) tanto en techos y paredes, así como en muchos de los muebles, intensificando la luminosidad de la casa.