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Salud

El difícil cáncer de ovario

Doce mujeres de cada mil padecerán esta enfermedad en algún momento de su vida

El difícil cáncer de ovario

Casi todas las enfermedades están ligadas a la edad. El cáncer es un claro ejemplo en el que los años vividos suponen un riesgo. Prácticamente la mitad de los españoles que alcanzan los 85 años tienen o han tenido un cáncer, las españolas, sin embargo, solo el 30%. Esta diferencia de riesgo es algo nuevo. Antes las mujeres tenían incluso más riesgo. Demuestra que tiene que ver con las exposiciones. Exposiciones que hoy sufre la mujer y se manifiesta en el incremento de algunos cánceres, especialmente el de pulmón. Hace 100 años las mujeres tenían más cáncer que los hombres, fundamentalmente por los denominados femeninos: ovario, útero, cérvix, mama€ El de mama es el más frecuente: hasta el 9% de las mujeres lo sufrirán. En cambio la probabilidad de uno de útero o de ovario es poco más del 1%. El primero se suele diagnosticar por sangrados posmenopáusicos. Si se hace a tiempo el pronóstico no es malo. El segundo es un cáncer más oscuro, sigiloso.

Doce mujeres de cada mil padecerán un cáncer de ovario, siete, antes de los 70 años. La supervivencia dependerá de cuánto haya evolucionado cuando se diagnosticó. Es una verdad para cada cáncer y tiene que ver con la historia natural por un lado y con la vulnerabilidad al tratamiento por otro. Veamos lo primero. Supongamos dos mujeres con ese cáncer que ocurre el mismo día y que no responderán a tratamiento: la fecha de muerte será la misma, pongamos año 3. Pero la mujer 1 acude regularmente al ginecólogo, quien le hace todo tipo de estudios y pudo detectar el cáncer en el año 0,5. La otra no se hace revisiones y se le descubre cuando ya tiene mucha clínica, año 2,5. La primera tuvo una supervivencia de 30 meses; la segunda, de 6. Pero la primera no sobrevivió a la segunda. A este fenómeno lo denominamos sesgo de adelantamiento de diagnóstico. Ahora supongamos que el tratamiento precoz alarga la supervivencia a 6 años y el tardío a 1 año: La primera ganó 3,5 años y la segunda 6 meses de vida. Eso es alargar la vida. Por eso, para evaluar la utilidad de un programa de detección precoz no se examina la supervivencia, sino la mortalidad.

No tenemos datos de España. Uso los de EE UU. Allí el riesgo de cáncer de ovario es semejante al español. Más del 90% sobreviven 5 años si se diagnostica en estadio localizado; el 75%, si es regional y sólo el 30% si ya está extendido. Es un cáncer, por tanto, muy dependiente del estadio al diagnóstico en las primeras etapas. En el de mama la supervivencia a los 5 años en estadio local, lo que se espera encontrar con el programa de cribado, es el 99% y solo desciende al 86% en estadio regional. En avanzado, las cosas empeoran: el 28%. Es así por la propia biología del tumor y por la susceptibilidad a los tratamientos, muy eficaces en mama, menos en ovario. Si hay esa diferencia en supervivencia en los estadios tempranos, es aconsejable realizar detección precoz. Tenemos dos métodos: un marcador, el CA125, y la ecografía, transvaginal o pélvica. Se han evaluado ambos en ensayos clínicos. En ninguno se pudo demostrar que el cribado disminuyera la mortalidad. En estos estudios se compara la mortalidad entre los dos grupos, aquellos a los que se le ofreció cribado, lo aceptaran o no, y el grupo control, se haya hecho pruebas de detección por su cuenta o no. Se evalúa una estrategia de salud pública, no individual. Como consecuencia se recomienda en contra del cribado poblacional de cáncer de ovario porque los riesgos superan los beneficios.

No tenemos respuesta a la pregunta privada ¿debo hacerme periódicamente una ecografía y medir mi CA125? Es recomendable que si una mujer tiene clínica sugestiva acuda a su centro de salud: distensión, o hinchazón abdominal persistente , sentirse llena o falta de apetito, dolor abdominal o pélvico, urgencia urinaria o incremento de la frecuencia, pérdida de peso, astenia o cambios en hábito intestinal no explicables. Son síntomas muy inespecíficos. La inmensa mayoría no serán cáncer. En la eventualidad de que lo sea, conviene diagnosticarlo pronto porque avanza, da clínica y con el tratamiento se puede mejorar la calidad de vida y quizá la cantidad. En esos casos las pruebas diagnósticas confirman o descartan cabalmente.

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