Combatir la abstención siempre se sostiene como una de las mejores formas de respaldar la democracia. Vota, si no luego no podrás opinar, nos dicen, como si eso fuera remotamente cierto. Pero pongamos que sea así. En ese caso, deberemos buscar razones que nos aconsejen votar. Visto que las propuestas más acertadas no parecen suficientemente definitivas como para tomar una decisión, pensemos en quién insulta mejor, aunque es muy posible que no lleguemos a conclusión alguna. Intentemos destacar entonces al que diga menos gilipolleces, hagamos ese esfuerzo... y nos agotaremos. Apoyemos, si no, a la opción que no sea sospechosa de haber hecho trampas... y nuestra conclusión sea parecida a las anteriores. Resumamos: vote usted... vote usted y entréguese al alcohol. Para olvidarlo.
Oferta Flash
Suscríbete a Diario de Mallorca durante nueve meses por tan solo 9,99 euros
Los puntos sobre las uves