Una de las primeras combinaciones enológicas dadas en Mallorca, de una uva mallorquina con otra foránea, en este caso francesa, fue unir en un vino tinto la variedad isleña Manto Negro, dominante en la zona de Binissalem, con la francesa Cabernet Sauvignon. Fueron los romanos, introductores de la viña en Francia, ya que los galos bebían principalmente cerveza, quienes vieron que la Cabernet Sauvignon se adaptaba a otros climas, especialmente en las riberas del mediterráneo. Raimon Alabern, con el concurso de varios bodegueros isleños, fue quien la experimentó con éxito. El Buc 2014 crianza, de viñas venerables, de la bodega Jaume de Puntiró, situada en Santa María, y propiedad de la familia Calafat, mantiene positivamente ese tándem. Su estancia en barrica de EE UU fue de un año. Le domina aún un tono rubí fuerte. Se hacen notar en nariz aromas de fruta roja y de bosque mediterráneo. En su recorrido en el paladar es elegante, con notas golosas gustoso final.
Oferta Flash
Suscríbete a Diario de Mallorca durante nueve meses por tan solo 9,99 euros
La cata