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Memorias de la cocina

Iniciamos la sugestiva temporada de setas

Iniciamos la sugestiva temporada de setas

Si la lampuga es uno de los mitos de finales de verano y otoño, las setas -y en concreto los níscalos- son el auténtico mito culinario de los meses del otoño e inicio del invierno. Los defensores del cambio climático afirman que ahora salen menos y más tarde. Depende, casi todo, de las lluvias de finales del verano y que se mantenga una cierta humedad para su nacimiento, y unas horas de sol para crecer. En Mallorca existe un sinfín de variedades comestibles, algunas deliciosas, pero desde siempre el objeto del deseo es el níscalo, el famoso esclata-sang.

La recolección de las setas silvestres topa con una serie de obstáculos. El primero, la gran cantidad de bosque que no se encuentra a disposición del aficionado, bien porque se halla edificado, convertido en carreteras, parcelado o cerrado con altas verjas.

Pero hay más obstáculos y no son menores: el progresivo desconocimiento de los "neófitos" que no distinguen entre variedades comestibles o no, por lo que recomendaríamos ir acompañados de alguien con conocimientos, al menos las primeras veces. Es cierto que muchas son comestibles, pero lo es también que existen muchas otras que no lo son y tienen algún parecido con las buenas. No hay que olvidar que pueden provocar serios problemas de salud y en el caso de la Amanita phaloides, la muerte. Otro aspecto a tener en cuenta: no destrozar el medio donde se hallan.

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