Neil Simon inventó el humor contemporáneo. Las producciones cómicas del último medio siglo toman como referente ineludible La extraña pareja, sin conseguir reproducirla. El escritor neoyorquino fue el único dramaturgo vivo con un teatro a su nombre en Broadway, que esta semana le ha sobrevivido. Y sobre todo, disfrutó eufemísticamente en 1971 de unas vacaciones veraniegas en Pollença, que solo pueden compararse con las jornadas aciagas vividas por George Sand en Valldemossa.
El autor de Descalzos por el parque había llegado a Europa a bordo del Queen Elizabeth II. Las desastrosas peripecias de su veraneo mallorquín suministrarían material para una de sus comedias descacharrantes, aunque hallaron finalmente acomodo en sus memorias, tituladas Rewrites. Si la escritora francesa se quejó del frío invernal, el neoyorquino abominó contra un calor infernal, hasta el punto de situar su destino "entre España y África".
Singularmente alérgico a la aventura, Simon se vio embarcado "en un viaje digno de Marco Polo". Le acompañaban su esposa Joan y las dos hijas del matrimonio. Les orientaba "un mapa de las carreteras de Mallorca que fue dibujado por primera vez durante la ocupación romana", a lomos de un Seat que "se tomaba cada bache como una cosa personal". El escritor acababa de finalizar El prisionero de la Segunda Avenida. La humedad y el calor de Pollença lo agobiaron hasta compartir el desquiciamiento que Jack Lemmon experimentaba en la película.
El laureado dramaturgo no hace publicidad de Mallorca. Su desencanto culminó cuando la familia asistió a una proyección estival de My Fair Lady, con los rollos cambiados. "Era como estar escuchando el álbum original cantado hacia atrás". El inventario de desgracias debía rematarse por fuerza con la intervención de la Guardia Civil. Cuando el dramaturgo decidió huir de Pollença, dos números de la benemérita se presentaron en su chalet vacacional para comunicarle que "se les prohíbe abandonar la isla", hasta que no solventaran un malentendido bancario con el abono de su alquiler.
Inmune al desaliento, Simon escribió en su calabozo mallorquín La pareja chiflada o The sunshine boys, sobre dos cómicos otoñales. Su estudio era un cobertizo "tan húmedo que las teclas de la máquina de escribir se quedaban adheridas al papel, y había que levantarlas continuamente. De modo que procuraba escribir palabras de tres letras". El guion basado en la obra se saldó con cuatro nominaciones al Oscar y upna estatuilla para George Burns.
